REDES SOCIALES

¿Cómo sé si soy adicto a las redes sociales?

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photo_camera Una niña mirando Facebook en su teléfono móbil.

Muchos jóvenes se pasan el día pegados a su móvil actualizando el perfil de sus redes sociales sin saber realmente si eso es perjudicial o no

Facebook, Twitter, Instagram, Linkedin… Aunque parezca complicado, es posible encontrar suficiente tiempo para actualizar nuestros perfiles todas esas redes sociales y más. Pero ¿hasta qué punto es perjudicial para nuestro bienestar mental?

¿Las redes sociales ponen en peligro nuestro bienestar mental?
 
Sí, de hecho han aparecido trastornos relacionados con internet y los móviles (cibermareo, nomofobia, dependencias, cibercondria…). En función de las personas (estado, madurez, edad, tipo relación, tiempo dedicado a la interacción en las redes, etc.) se han hallado trastornos de depresión, ansiedad, estrés, insomnio e incluso esquizofrenia relacionados con la actividad en las redes sociales.
 
¿Las redes sociales crean adicción?
 
Debemos considerar el carácter social que define a las redes: en muchas ocasiones, a medida que aumentan las relaciones en las redes, disminuye el tiempo empleado en las relaciones reales en la familia, en el grupo de amigos no virtuales y en otros muchos ámbitos. Así se genera un mecanismo de compensación de ese déficit que crea un círculo vicioso, que a su vez aumenta el tiempo dedicado a la comunicación virtual e incluso un abandono de las obligaciones de la persona con sus círculos sociales reales.
 
¿Qué signos indican que una persona es adicta a las redes sociales?
 
Se pueden destacar:
Sentimiento de estar perdido cuando no se puede acceder a la red en cualquier momento.
Preocupación por la falta de interacción de otros ante las comunicaciones propias.
Tener más relaciones virtuales que reales.
Necesidad de llevar algún aparato (móvil, portátil, etc.) de forma permanente.
Conectarse nada más levantarse, antes de desayunar o asearse o antes de acostarse, o incluso interrumpir el sueño ante las señales de llegada de mensajes.
Necesidad de abrir perfiles en todas las redes.
 
¿Cómo podemos desengancharnos de las redes sociales?
 
Cuando se ha alcanzado una situación de dependencia, se recomienda:
Encontrar alternativas reales para emplear el tiempo que se dedica a las redes sociales, que sean atractivas, necesarias y útiles para la persona. Por ejemplo, todo aquello que ha sido sustituido de forma inapropiada por las redes sociales.
Elaborar una lista de lo que creemos que podemos hacer en ese tiempo: trabajo, estudio, ocio, relaciones sociales reales con amigos y familia, aficiones, etc.
Delimitar la actividad en las redes sociales que queremos seguir manteniendo. Un criterio es mantener la actividad con quienes tenemos un contacto personal real o con quienes son útiles para los entornos sociales en los que participamos de forma personal.
Limitar el tiempo dedicado a las redes sociales o seleccionar entre las redes que nos interesan. También se puede congelar la actividad en las redes no elegidas como prioritarias.
Seguir pautas de conducta: no usar las redes mientras se esté en compañía de otras personas, no conectar nada más levantarse, apagar el móvil por la noche y no utilizarlo durante reuniones (también es una cuestión de educación).
Evaluar, en periodos de tiempo, lo que se ha ganado con esas costumbres.

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