El hogar de la solidaridad

Dormitorio de la residencia de Asfaval, en O Barco.
photo_camera Dormitorio de la residencia de Asfaval, en O Barco.

Cuatro años después del final de la obra, la Asociación de Familiares de Discapacitados Psíquicos de Valdeorras (Asfaval) abrió su residencia.Es la culminación de 19 años de lucha por conseguir unas instalaciones de este tipo.

La residencia de discapacitados psíquicos de O Barco abrió sus puertas ayer. La construyó la Asociación de Familiares de Discapacitados Psíquicos de Valdeorras (Asfaval), que tiene 15 usuarios, y que la dotó con 40 plazas. Ayer, recibió a los cinco primeros usuarios. Llegaron de Larouco, Solveira (Viana), Cambela (O Bolo), O Bolo y Valdegodos (Vilamartín). Pronto se les unirán más. En breve, llegará un sexto ocupante, este procedente de Vigo.

 La residencia cuenta prácticamente con los mismos servicios que un hotel, e incluso puede funcionar mejor, gracias al ambiente hogareño que le propiciaron sus promotores. Dotada con habitaciones dobles, en la sala de estar que ya comenzaron a utilizar los usuarios estos tienen televisión, aparato wii y muchos juegos.

La presidenta de Asfaval, Amelia Blanco Delgado, rebosa entusiasmo al referirse al nuevo establecimiento. "Estivemos 19 anos tirando para abrilo", comentó. Su satisfacción está justificada. Aquí, los discapacitados tienen ocupada toda la jornada con talleres ocupacionales, gimnasio, tenis de mesa y otras muchas actividades, suficientes para completar una jornada que comienza a las 8,30 horas y que finaliza a las 22,00 horas.

Las instalaciones abrirán sus puertas a la población mañana, 3 de diciembre. La asociación confía en recibir muchos visitantes, incluidas las autoridades, en una jornada que comienza a las 11,30 horas y en la que no faltarán los pinchos y el vino de la zona.

La residencia que ayer abrió sus puertas ayuda a resolver un importante problema que afronta Asfaval: los desplazamientos para recoger a los usuarios de talleres y centro de día. O Barco y Vilariño de Conso están separados por 54 kilómetros de carreteras que dejan mucho que desear en algunos tramos, pero el ámbito de actuación es muy superior. "Levamos gastadas sete furgonetas", explicó Amelia Blanco.

La residencia evitará realizar muchos de estos desplazamientos, aunque aún faltan por resolver los de A Veiga y el propio Vilariño de Conso. La asociación gestiona con los concellos que acerquen a los usuarios de esos dos pueblos hasta el Alto do Covelo y Viana, para poder recogerlos en la carretera OU-533 y acortar, al menos un trecho, el recorrido del transporte. El colectivo agradece cualquier colaboración en este ámbito, como la que recibe de la Policía Local vianesa.

"A xente é moi solidaria", dice Amelia Blanco. Tiene claro que sin la ayuda de la gente de buen corazón no podría haber sacado un proyecto cuyo presupuesto alcanzó 1.100.000 euros.

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