Un informe técnico recomienda la tala de una veintena de chopos en la ribera derecha del río Sil, a la altura del Paseo do Malecón de O Barco. Los concejales de Medio Ambiente, Sanidade e Educación y Deportes, Parques e Xardíns -Aurentino Alonso Araujo y Julio Fernández Arias, respectivamente- mostraron ayer el estudio incluido en la solicitud del permiso de corta que el Concello envió a la Confederación Hidrográfica Miño-Sil.
A su retirada, que los solicitantes pretenden realizar antes de la primavera, seguirá inmediatamente la plantación de ejemplares más adaptados a las características del lugar. 'O ideal será sustituilos por árbores de ribeira', dijo Aurentino Alonso. Su propuesta al organismo responsable de la cuenca incluye abedules, alisos y fresnos.
El Concello acordó analizar los chopos que crecen a la orilla del Sil después de la caída de dos árboles en la zona de esparcimiento preferida por los barquenses: el Paseo del Malecón. Afortunadamente, no hubo daños personales, pero el peligro sigue presente. El estudio habla de la presencia de árboles viejos y 'decrépitos', otros 'prácticamente secos' y también de ejemplares muy dañados, con heridas, fallos de anclaje en el terreno y, en su mayoría, con un crecimiento inclinado que aumenta el peligro de caída.
INSECTOS
Las enfermedades y plagas también se cebaron en los árboles. Desde la sesia apiformis, un lepidóptero muy parecido a la avispa que ataca el interior del tronco, hasta los insectos carpófagos y hongos xilófagos, que se alimentan de la madera de los troncos y ramas. Su presencia en los chopos del Malecón hace que la esperanza de vida de éstos sea escasa, según explicó Aurentino Alonso.
El Concello acordó analizar los chopos que crecen a la orilla del Sil después de la caída de dos árboles en la zona de esparcimiento preferida por los barquenses: el Paseo del Malecón. Afortunadamente, no hubo daños personales, pero el peligro sigue presente. El estudio habla de la presencia de árboles viejos y 'decrépitos', otros 'prácticamente secos' y también de ejemplares muy dañados, con heridas, fallos de anclaje en el terreno y, en su mayoría, con un crecimiento inclinado que aumenta el peligro de caída.
INSECTOS
Las enfermedades y plagas también se cebaron en los árboles. Desde la sesia apiformis, un lepidóptero muy parecido a la avispa que ataca el interior del tronco, hasta los insectos carpófagos y hongos xilófagos, que se alimentan de la madera de los troncos y ramas. Su presencia en los chopos del Malecón hace que la esperanza de vida de éstos sea escasa, según explicó Aurentino Alonso.