Una tala elimina los chopos peligrosos del Sil, en O Barco

Tala de chopos en el río Sil, a la altura del casco antiguo de O Barco. (Foto: Luis Blanco)
Una brigada de trabajadores de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil inició la tala de los chopos que crecen en una pequeña isla del río Sil y que, debido a su inclinación, amenazaban con caer sobre varias casas del casco antiguo de O Barco. La rotura de dos de estos árboles durante los temporales de finales del pasado mes de octubre de 2011 causaron alarma entre los vecinos, quienes llevaban meses reclamando la corta de los ejemplares más peligrosos.
La presidenta de la asociación de vecinos Porto da Barca, Pilar Pérez Bustillo, fue la encargada de informar del inicio de los trabajos. El colectivo vecinal que dirige envió una reclamación a la Confederación Hidrográfica Miño-Sil hace aproximadamente dos meses, en la cual mostraron su temor a que las riadas invernales pudiesen derribar algún árbol sobre las construcciones.
Los vecinos no fueron los únicos que advirtieron al organismo que gestiona la cuenca fluvial del peligro de los árboles. El Concello también lo hizo, como dijo el alcalde, Alfredo García Rodríguez. El propio regidor confirmó que las brigadas que acometieron los trabajos pertenecen a la Confederación Hidrográfica Miño-Sil. 'Se pidió hace tiempo. Cortaron los dos que se habían roto y alguno más', dijo el regidor.

Los trabajos no se limitan a la tala de los árboles que presentaban más peligro. Los operarios también realizarán la limpieza de la maleza que se fue acumulando en la pequeña isla, situada en el tramo de río que fluye paralelo al casco antiguo de la villa. Estos trabajos pretenden evitar que la basura arrastrada por las riadas invernales se amontone entre la vegetación, cuando el islote quede sumergido a causa de las crecidas.
Una vez que estén finalizados los trabajos de tala y desbroce en el río Sil, los trabajadores cambiarán el río Sil por el del arroyo Cigüeño, a su paso por el municipio barquense. En este curso fluvial, serán eliminados los árboles que crecen en medio del cauce, rodeados de una tupida vegetación. La posibilidad de que la barrera que forman pueda frenar el paso de agua, y el consiguiente riesgo de desbordamiento, también causó preocupación entre los vecinos.n

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