Se depositarán en el nuevo basurero de A Rúa, lo que evitará el traslado de residuos a Monforte

El viejo vertedero de restos de la construcción será sellado

Un equipo de técnicos de la Diputación se desplazó ayer hasta A Rúa para visitar el antiguo vertedero de inertes, donde comprobó la necesidad de limpiar parte del recinto como paso previo a su sellado. El colapso del recinto ocasionó serios desperfectos en las instalaciones y el cierre por lo que el Concello deberá proceder a su sellado, según apuntó ayer el alcalde popular, Avelino García Ferradal. La primera dificultad será la obtención de la financiación necesaria, que tratará de conseguir en la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestructuras.
La visita también incluyó el nuevo vertedero, construido pensando fundamentalmente en los residuos de fibra generados en la fábrica de insonorizantes para el automóvil Rieter Saifa Noroeste. Aquí, los técnicos del organismo provincial garantizaron la viabilidad de obtener los códigos que permitirán realizar vertidos no peligrosos, como los de la construcción.


PERMISOS

La obtención de los citados permisos permitirá que los constructores de la comarca viertan en el nuevo vertedero los cascotes y residuos de las obras que estén ejecutando. En la actualidad, la falta de este servicio en Valdeorras obliga a los empresarios a recurrir a empresas especializadas para deshacerse de sus escombros o bien a transportarlos hasta Monforte, donde está ubicado el vertedero más próximo, según recordó el alcalde.

Por otra parte, un nuevo servicio comarcal que podría tener su sede en el Concello rues es el de la perrera comarcal. Avelino García dijo ayer que los técnicos le plantearon la posibilidad de ubicarla en el municipio. 'En un principio, estamos en buena disposición', dijo el regidor. Añadió que el Concello posee terrenos suficientes para construir la perrera y señaló la existencia de una finca de 6.000 metros cuadrados, próxima al Punto Limpio, donde deposita sus residuos orgánicos la comarca.

La falta de perrera causa numerosos problemas a los concellos, cuyos gobernantes llevan años reclamando su construcción.

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