Los trabajadores mantienen la actividad aunque nadie pueda firmar sus nóminas ni expedientarles

Vilamartín: un concello sin alcalde

La ausencia del alcalde de Vilamartín preocupa a los empleados del Concello. No sólo por el relevo de quien dirigió su labor por 36 años, también porque nadie puede firmar sus nóminas. ¡Y es final de mes! Eso sí, el desgobierno tiene sus ventajas, pues “tampoco pueden abrirnos un expediente”.
Tras la tormenta política, la calma pareció regresar el jueves, 27 de noviembre, al Consistorio de Vilamartín. En el despacho de la alcaldía, la ausencia de papeles sobre la mesa que utilizaba Manuel Candal era el fiel reflejo de la extraña situación de desgobierno que vive el Concello. Su dimisión, presentada después de destituir a los dos tenientes de alcalde -su hija, María Jesusa Candal, y José Pinto-, dejó sin alternativa al equipo de gobierno para que pueda suplirle.

“No hay nadie facultado para firmar”, comentaba un empleado del Concello. “No se pueden rubricar oficios, ni cobrar, ni nada”, añadió. Sin embargo, quizás lo que más preocupa a los 15 trabajadores de la plantilla municipal es que “tampoco hay quien les pague”. Las fechas en las que se produjo esta situación, a finales de mes -cuando está próxima la fecha de cobro-, tampoco invitan a la tranquilidad. Todo lo contrario, pues se suma a la inquietud que en cualquier colectivo provoca un cambio de jefe. En Vilamartín, el dimitido alcalde ejerció la dirección durante un periodo de 36 años.

A la falta de regidor ayer se sumó la de la secretaria municipal, quien hubo de ausentarse por motivos personales. Los trabajadores fueron dueños y señores del Concello, aunque no por ello dejaron de atender a los pocos vecinos que se pasaron por el consistorio durante la mañana. A las 12,30 horas, en uno de sus despachos, una empleada mostraba el mapa del municipio por el que se interesaron dos mujeres. En el resto de las dependencias, los profesionales intentaban desarrollar la labor habitual.

Aunque la falta de un cabeza visible favorece la deriva en el Concello, los trabajadores mantuvieron la actividad municipal, consiguiendo una aparente normalidad. Todo ello, a pesar de que podrían haberse ido a su casa. “Nadie podría abrir un expediente”, comentaba un empleado.

Sólo la concejal y máxima aspirante a ocupar la alcaldía, María Jesús Candal, realizó una rápida visita a las dependencias municipales. Ningún otro edil de la Corporación apareció por el consistorio, como tampoco lo hizo el ex regidor.

Esta ausencia de alcalde podría prolongarse durante algún tiempo, aunque no debe sobrepasar los 10 días, a partir de la dimisión de Manuel Candal. Éste es el plazo máximo que marca la Ley de Régimen Local para que se efectúe el relevo. El escrito de solicitud de las credenciales del sustituto del ex alcalde, que será el “popular” Enrique Álvarez Rey, ya fue enviado a la Junta Electoral Central. “Cuando se trata de un alcalde, las credenciales están de vuelta en menos de seis días”, apuntaron fuentes del citado organismo.

Durante la sesión plenaria en la que hizo efectiva la dimisión del último alcalde se anunciaba que el pleno para elegir a su sucesor sería convocado para el jueves. Sin embargo, esta fecha podría variar, en función de la agilidad con la que se tramite el envío de las credenciales del nuevo edil.

En el pueblo, las bajas temperaturas registradas durante la mañana despoblaron las calles. Sus vecinos retomaron la actividad diaria, que se prolongará durante la tregua obligada por los trámites que la Ley de Régimen Local establece para proceder al relevo del presidente de la Corporación.


Santos Prada: “Qué non arda o concello estes días!”
Las opciones de María Jesusa Candal para poner fin al vacío de poder de Vilamartín cobran más más fuerza con el paso de las horas. La alternativa de José Pinto quedó prácticamente descartada, tras las declaraciones realizadas por el presidente provincial del PP, José Luis Baltar.

Del dirigente “popular” parece haber partido la sugerencia de mantener silencio, que fue acatada “a rajatabla” por los concejales del grupo municipal. En sus declaraciones, ninguno de ellos va más allá de apuntar que las explicaciones serán hechas públicas después de reunirse con Baltar.

Esta actitud les está generando un buen número de sinsabores y malos tragos, pues cada vez son más los vecinos que reclaman que se les diga qué pasó en el Concello.

“Agora o Concello está parado de xeito oficial. Ésa é a diferencia”, dijo el concejal del BNG, José Antonio Rodríguez, quien se quejó de que “estamos nunha situación de desamparo total”.

El portavoz del PSOE, Santos Prada, apuntó que “O Concello está abandoado. Sen secretaria, sen alcalde, sen nada”, dijo, para después exclamar: “Que non arda o pobo nestes días...!”.

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