Hoy es 15 de agosto: Santa Margarita (feliz santo, hermana del medio), cumpleaños de mi padre o mi madre (nunca tuve clara esta fecha, porque el que no cumple hoy, cumple mañana...
Parada con pincho
Celebraciones baratas
Hoy es 15 de agosto: Santa Margarita (feliz santo, hermana del medio), cumpleaños de mi padre o mi madre (nunca tuve clara esta fecha, porque el que no cumple hoy, cumple mañana, por lo tanto: felices cumpleaños a las doce de la noche, progenitores) y cumpleaños de mi ex el de la piel bonita por los baños en las Burgas (feliz cumpleaños, ex de la piel bonita), ¿qué haremos para celebrar tanta festividad? Irnos de pinchos y concierto, por ejemplo.
Pinchos: voto por el Rey del Jamón. Increíble lo poco que cuesta el “completo” y alucinante que, con lo lleno que suele estar, los dueños/camareros, lejos de ser bordes, sean los dos (cada uno en su estilo) amabilísimos. Así que ya saben, tomen sus pinchos (bañados por cerveza o sangría) aquí y, con estómago y bolsillo en paz, suban hacia el Auriense.
El concierto de hoy me desconcierta, y no solo porque el juego de palabras me estuviera llamando, sino porque la entrada cuesta un euro, ¡un euro! ¿Y eso? No lo sé. He hecho mis averiguaciones pertinentes (si han leído “Dulce Hogar”, verán que quien toca, Moreno Pop, reunía todas las características para ser gugleado: tiene un grupo, es guapo, es de Ourense y quería saber cosas de él). Así que aquí está la información: chaval (joven y guapo) de Ourense que vive fuera, toca la guitarra, canta bastante bien, sus letras no dan vergüenza ajena y, en el Youtube que he visto, tiene a Finch (de “Hora de Aventuras”) colgado en la ventana. Ninguno de estos datos me explica el precio, pero sí me hace tener ganas de verlo. Por eso se lo recomiendo. Y porque en el Auriense, siempre se está bien. Así que celebren. La vida es corta. Y barata.
Mira Ourense
Madre coraje
Les iba a proponer otra vez el ejercicio con estatuas del que les hablaba el otro día con las de Acisclo Manzano. Pero, la verdad, con ésta, me interesa mucho más la historia real que tiene detrás que mi triste aproximación imaginativa (señora gorda o con muchos hijos; hombre con tres piernas y fusil; ser humano con útero y pene).
Si no saben la historia se la cuento porque es bastante bonita: hace referencia a dos señoras (de las que yo, ignorante de mí, no había oído hablar en mi vida) Obdulia Díaz y Lola Nóvoa que, en la época de la posguerra, acogieron y alimentaron a un montón de churumbeles pobres, hijos de prostitutas las cuales, por motivos evidentes, no podían hacerse cargo de ellos. Me gusta la historia. Ahora bien, no entiendo en absoluto el título “Torre do Baño”, ni las partes que parecen una escopeta y un falo. Quizá su autor, Manuel Penín, pueda contarme algo. La próxima vez que me lo cruce de vinos, le preguntaré.
Dulce hogar
Permítanme que les espíe
Una cosa que me gusta mucho hacer en la intimidad de mi Dulce Hogar es guglear gente. Sí, me pongo un cartoncito negro ante los ojos y lo admito: “Hola, mi nombre es Cristina y me gusta espiar la información cibernética de gente que conozco (o me gustaría conocer)”. Recuerdo que la primera persona con la que se me ocurrió hacerlo, hace muchos años (hablo de más de una década) fue con mi primer ex novio, chaval talentoso y brillante desde muy joven cuyo nombre empezaba a aparecer en periódicos. Luego se me dio por buscar a mi hermana mayor, Martha, que, por aquel entonces, ya tenía artículos sobre economía publicados. Sé que ahora les parecerá una tontería, pero en aquel momento me parecía que estar en internet era el non plus ultra, así que no podía estar más orgullosa de ex novio y hermana. Finalmente, claro, acabé buscándome a mí: dios, qué triste fue no encontrar nada de nada…
A día de hoy (claro, ya todos estamos fichados en internet) busco a gente que me causa curiosidad por una u otra razón: gente que conozco pero de la que quiero saber más, jefes nuevos, compañeros de trabajo, chicos guapos, gente que tiene grupos, affaires, escritores ourensanos… Nadie escapa a mi afán inquisitivo. Como ya les dije hace poco, si fuera un gato estaría muertísima. ¿Ustedes ya se han gugleado a sí mismos?, ¿a qué esperan para hacerlo? Yo, después de hacer el becerro muchos años, por fin me he encontrado online, así que ya puedo morir tranquila: gracias filmaffinity.
