Sé que, por una u otra razón, les he hablado varias veces de la Biblioteca Pública: que si cojan este libro, que si aquella serie…
Parada con pincho
El mejor lugar de Ourense
Sé que, por una u otra razón, les he hablado varias veces de la Biblioteca Pública: que si cojan este libro, que si aquella serie… Pero siempre así como con prisa y de refilón y no es éste un lugar que se merezca tal deprecio (ojo que dije deprecio, jamás desprecio, oh, mi muy querida y adorada Biblioteca Nodal de Ourense).
Cosas que se pueden hacer en la Biblioteca: ir al baño (les parecerá que no, pero es importante que en un lugar público y céntrico haya unos baños limpios y dispuestos para sus urgencias); coger películas, series, música, libros y audiolibros; pedir todo el material anteriormente citado de cualquier otra biblioteca gallega perteneciente a la misma red (en cuanto llega, la propia Biblioteca les llama y les avisa); reservar artículos para no tener que estar preguntando una y otra vez por ellos; escribir desideratas (peticiones de material que no se encuentre en la biblioteca y ustedes consideren de interés) en un papelito y meterlas en una urna como si participaran en un sorteo; subir al piso de arriba, visitar la Comicteca y quedarse fascinado por la variedad existente (hay de todo, absolutamente de todo); bajar al sótano y disfrutar de la planta infantil: querrán quedarse a vivir allí y dormir en los cojines que tienen por el suelo…
Si con todo esto, aún les sigue pareciendo que la Biblioteca no es el mejor sitio del mundo, no sé qué más decirles: ¿que la gente casi nunca habla alto y eso lo hace un lugar casi mágico?, ¿que las bibliotecarias son las mujeres más amables del mundo conocido?, ¿que es la sede del CineClube Padre Feijoo? Pues eso les cuento…
Mira Ourense
No sé, no sé
No le acabo de ver mucho sentido a estos… ¿toldos?, ¿quitasoles?, ¿lienzos blancos colgados? No sé bien cómo denominarlos. El caso es que no acabo de verlos, no.
En primer lugar, no entiendo bien su propósito: sí, sé que serán para quitar el sol pero, no sé, estamos en una plaza al aire libre, lugar que parece, por definición, para estar al aire libre, ¿no?
(- Hola, Perogrullo
- Hola, Carro.)
En segundo lugar, estéticamente creo que afean el conjunto de la Plaza Mayor desde un montón de perspectivas, fíjense si no en la foto que el otro día mostraba la casa de Fermín García en el artículo sobre edificios modernistas, ¡plas!, la sabanaza ésta en primer plano. O esta que les muestro hoy, que sería una foto preciosa de la que tendrían que estarse preguntando “¿a dónde se subió esta chica para conseguir semejante vista?”; y, sin embargo, probablemente estén diciendo: “Si me tiro desde arriba, ¿la sábana aguantará mi peso, como la de los bomberos?”. No sé, ¿a ustedes les gustan?
Dulce hogar
El nuevo ocio
¡¿Cómo no se los había recomendado todavía?! Los audiolibros son lo más, el futuro hecho presente del ocio doméstico, el non plus ultra del Dulce Hogar. Audiolibro: ¿cómo pude vivir sin ti hasta ahora? Es el audiolibro la unión perfecta de todo lo que, hasta ahora, les he recomendado en esta sección. Y si no, lean.
Hace un par de semanas, les recomendaba hacerse con unas gafas periscópicas para descanso y bendición de sus cervicales. Pues bien, los audiolibros son a los libros, lo que las gafas periscópicas a las películas: descanso y bendición para su cervicales. Pueden escucharlos tumbados, en la posición del loto, haciendo el saludo al sol, limpiándose tras haber hecho sus necesidades, lavándose los dientes… en la postura que más relajada les resulte.
Les recomendaba también las autoclases en casa de, entre otras cosas, ejercicios varios: ¿qué mejor forma de hacer deporte que escuchando cómo una voz perfecta y plácida les narra un libro? Pueden escuchar audiolibros haciendo manualidades, ejercicio, yoga, descansando… ¿No les parece genial? A mí sí y eso que, de momento, solo he cogido uno: “A haunted house and other stories” de Virginia Woolf – ¿les suena el nombre? Es esa escritora de fama universal cuyo nombre está mal escrito en el Paseo da Igualdade (¿cuánto tiempo tardará en dejarme de hervir la sangre por este atropello? No lo sé) –. A lo que iba, estoy deseando cogerlos todos.
