xornadas de folclore

Un poco de turismo para ocupar el tiempo libre

Los participantes de las Xornadas aprovechan las horas divirtiéndose con algunos de los guías.
photo_camera Los participantes de las Xornadas aprovechan las horas divirtiéndose con algunos de los guías.
Los bailarines que forman parte de las Xornadas de Folclore emplean las horas en las que no ensayan o actúan en diversas actividades como hacer visitas por la ciudad o descansar.

La mañana dominical en el Centro Residencial Docente de la Universidad Laboral se perciben tranquilas. Algunos de los participantes de las Xornadas de Folclore bajan a dar un paseo, otros a lavar la ropa o simplemente aprovechan para dormir y descansar. 

A pesar de la tranquilidad, parte de los grupos ensayan a diario para perfeccionar sus presentaciones por la mañana o tarde. Otros cuentan con más horas de asueto que tienen que ocupar, especialmente con un poco de turismo.

Pasadas las doce del mediodía, tres chicos del grupo taiwanés deciden salir de sus habitaciones para dar un paseo, mientras sus compañeros cogen sus mochilas para conocer la ciudad. Wang Yu-Jeng explica qué hace en sus horas libres: "Vamos a comprar y lo hacemos mucho, de todo en general; también nos llevamos souvenirs para casa". Ling Cheng-Yu y Yang Ting-Hsuan están de acuerdo con él, comentan que han comprado muchas cosas. Los taiwaneses quieren conocer todo aquello que puedan de Galicia, por lo que mañana irán a Vigo para descubrir la geografía gallega.

Por otro lado, el grupo mexicano es el más activo de la mañana. Llegan recién salidos de ensayar sus coreografías, dado que están preparando bailes para sus actuaciones de septiembre en Ciudad de México. "Casi todos lo días ensayamos, entonces las horas libres las usamos para descansar porque llegamos a las dos o tres de la madrugada de las actuaciones", cuenta Georgina Méndez. Con ella coincide su compañera Gabriela Noguez que emplea su tiempo de ocio en "descansar, caminar por el centro o tomar una cerveza".

Pero no todo es pasear y disfrutar de la ciudad como un turista más. Algunos bailarines exprimen las horas muertas para entrenar y mantener su físico. Luis Vivanco, de Bafopal Chile, relata qué hace en esos momentos: "Salgo a correr o a jugar un poco a la pelota, aunque aprovecho para ir a la ciudad o a tomarme un café". Junto a él está su compañero Víctor Vergara que enumera sus actividades: "Hacemos mucho ejercicio, pero también vamos de turismo y de compras. Aquí todo es más barato que en Chile. Cuando llegamos de las actuaciones nos tomamos  una cerveza de aquí, que está muy buena y a dormir".

La residencia cuenta con unas instalaciones deportivas que son aprovechadas a diario por algunos de los chicos que forman parte de estas jornadas. "Voy al gimnasio para continuar con mi preparación física, para que la presentación sea buena y mostrar lo mejor de nuestro pueblo al público", explica Emigdio Vidal, de la Compañía Nacional de Danza Nieves Paniagua. 

Entre todos ellos, hay algunos que se mantienen al tanto de los  trabajos que dejaron en sus países de origen. "Aprovecho para hacer algunas llamadas a la oficina y saber cómo van las cosas, o hablo también con mi familia", cuenta Juan Lizárraga. Entre sus quehaceres no sólo incluye a sus familiares o el trabajo. "También descanso, porque es pesado ensayar y actuar todos los días, pero siempre hay tiempo para ir al centro a conocer la ciudad y convivir con las diferentes culturas", concluye Juan.

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