Hay cosas que solo se explica bajo la premisa de que la nuestra es una provincia de por sí milagrosa. Estos son cinco lugares donde los milagros son algo a esperar.
Lo que lleva a un ourensano a bautizar un coche en el santuario de Os Milagres solo se explica bajo la premisa de que la nuestra es una provincia de por sí milagrosa. Una hondura y un recogimiento comprensibles, teniendo en cuenta que para algunos los coches son religión y otros, recurren a la oración para no estar a merced de los coches.
De igual modo ocurre con las verrugas y derivados. Únicamente lo más profundo es capaz de eliminar lo superficial (y estéticamente deplorable). Los ourensanos que se entregan a las aguas termales para curar dolencias saben que O Tinteiro, por ejemplo, tiene propiedades, pero prefieren peregrinar a la fuente como acto de fe. Nosotros sabemos, quizá mejor que nadie, que los milagros existen cuando empiezan por uno mismo.
>Los coches en Os Milagres
En la provincia donde se celebra uno de los rallyes más importantes de España, que los vecinos decidan bendecir sus coches no debería resultarnos extraño. Como los vehículos son máquinas peligrosas, los conductores piden la aprobación divina para que las ruedas pisen la carretera y jamás se salgan de ella. Hace unos años, ver colas de coches en las entradas del Santuario de Os Milagres era común. Unas gotas de agua bendita sobre el capó redondeaban la costumbre de colocar medallas o imágenes de la Virgen en el salpicadero.
>Las pioucas de Augas Santas
Cuenta la leyenda que en la antigua población romana de Armea, hoy Santa Mariña de Augas Santas (Allariz), el amor imposible del pagano Olibrio y la cristiana Mariña acabó en martirio de la segunda. Martirio, por no decir que la introdujeron en un horno. En estas dos hendiduras sobre la tierra, donde se curan los dolores muelas y los males de la vista, San Pedro sanó a la joven.
>Verrugas en San Benito
En San Benito de Cova de Lobo, concello de Barbadás, se le conoce como el "santo de la verruga". Hay quien lo tiene por el "máis milagreiro de Galicia", por su fama de eliminar el raquitismo y las verrugas de la piel. La tradición oral narra que los niños que padecían alguna dolencia pasaban entre las rocas de "O Tangaraño". Ahí debajo, San Benito podía remediarlo todo.
>San Pedro de Laroá
Allá por el siglo XVIII, los vecinos de San Pedro de Laroá (Xinzo), explotados por las deudas con los señores feudales y el clero, se encomendaban a su patrón para pedir por las buenas cosechas. L a tradición vive. Todos los años se celebra la Bendición de Campos desde un 'outeiro' donde se ve toda la comarca. En vista de lo resultados, los rezos funcionan.
>El oro de San Pedro de Rocas
El conjunto monacal más antiguo de Galicia, donde se creía que el agua fluía entre las sepulturas, la misma que ponía fin a enfermedades de la piel, tiene una narrativa propia.
No un milagro como tal, sino un castigo de proporciones casi bíblicas. Es conocida la supuesta existencia de una viga de oro en un túnel subterráneo del templo. Como penitencia a quien cometía el error de intentar apropiársela, quedaba reducido a alquitrán. 
