Hija de emigrantes, Mari Carmen Carballo escoge Viana do Bolo, la localidad natal de sus padres, para descansar y disfrutar de sus paisajes cada verano. Afirma ser una enamorada de su tierra, a la que volverá en un futuro.
¿Por qué elige Viana do Bolo en verano? ¿Qué es lo que le une realmente?
Aquí tengo mi casa. Tanto mi padre como mi madre son de aldeas de Viana, de Santa Mariña de Froxais y de Froxais. Ellos emigraron a París y se compraron una casa en la Plaza María Pita de Viana. Aunque yo nací allí, para mí este pueblo es mi paraíso, el lugar al que he venido desde pequeña.
Regresa aquí cada verano, ¿lo hace junto a su familia?
Soy madre de dos hijos, Diana y Rubén, y ellos siempre han pasado aquí los veranos. De hecho, mi hijo tiene aquí a sus amigos. En verano solemos venir sobre tres semanas, aunque también intento escaparme en otras épocas como Entroido, la Fiesta de la Vendima, Navidades… en cuanto puedo, estoy aquí.
¿Recomendaría a la gente que visitara este lugar?
Aquí tengo sentimientos encontrados. Sí, pero no porque soy un poco egoísta. Me encanta Viana, lo llevo siempre por bandera y suelo traer amigos para que lo conozcan, pero no me gustaría que se convirtiera en un lugar muy turístico y perdiera su esencia.
¿Qué es lo que más le gusta de Viana?
Me encanta ver a la gente que me conoce desde pequeñita y estoy enamorada de los paisajes. Me gusta mucho el monte, las montañas… y aquí puedo disfrutar de todo eso mientras desconecto. Por supuesto tengo enterrados a mis padres y a mi hermano, a los que necesito visitar y así lo hago cada vez que vengo.
Entre sus planes de futuro, ¿está regresar aquí?
Por supuesto que sí. En cuanto pueda retirarme este será el lugar donde me asiente. Tengo claro que quiero acabar en mi tierra, descansando junto a mis padres.
Si estuviera en sus manos, ¿cambiaría algo de este lugar?
Me encantaría que hubiera un sitio sin coches. Entiendo completamente que son muy necesarios para desplazarse pero en ocasiones veo demasiado movimiento. Hecho de menos poder sentarme a tomar algo sin ese bullicio.
