Los tiempos y la sociedad tienen mucho peso a la hora de tomar decisiones de esta envergadura y decidir a que quiere dedicarse uno el resto de su vida.
Cuantas veces nos preguntaron de pequeños eso de ¿qué quieres ser de mayor? y nosotros con entusiasmo respondíamos al tiempo que nos imaginábamos ejerciendo esa profesión con una sonrisa radiante. Eso sí, cada dos por tres cambiábamos de parecer y pasábamos de querer ser médicos o profesores a abogados o periodistas en cuestión de días. Con el paso de los años recordamos aquellas profesiones que tanto admirábamos y que se quedaron ahí, en un recuerdo y en una ilusión que no se llegó a materializar o sí.
Los tiempos y la sociedad tienen mucho peso a la hora de tomar decisiones de esta envergadura y decidir a que quiere dedicarse uno el resto de su vida. Una reciente encuesta realizada por la Fundación Adecco señala que el 36% de los niños quiere trabajar en algún empleo relacionado con el deporte, de ellos 26% quieren ser futbolistas, no es de extrañar dado el seguimiento que tiene este deporte en nuestro país. Las niñas, en cambio, quieren ser profesoras. Como dato curioso, la profesión menos deseada por los niños españoles, por primera vez en las nueve ediciones del estudio de Adecco, es la de político, con sólo un 4% de los encuestados.
Estos datos indican el papel tan importante que juega la felicidad y el reconocimiento en sus elecciones. Los niños buscan que aquello a lo que se dediquen en un futuro les alegre la vida y sea algo bien visto por la sociedad y ello les lleva a cambiar de preferencias en relación a cambios sociales y situaciones provocadas en el entorno.
De un modo u otro, lo que está claro y a su vez es muy positivo es que los niños y niñas buscan su felicidad en todos los aspectos, en su día a día, en clase, en casa, jugando en la calle y, como no podía ser de otra manera, también en sus deseos futuros, por ello buscan una profesión que les haga feliz.
