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Tos, mocos y fiebre, consultas frecuentes en esta época del año

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Con la llegada del frío, vuelven los catarros. En el caso de los más pequeños, su transmisión es muy frecuente y se convierte en una consulta muy común para los pediatras. 

¿Por dónde entran los virus a las vías aéreas?

Por nariz, boca, por nuestras manos y por el contacto estrecho con personas que estén resfriadas.

Los mocos, tos o fiebre generalmente son los primeros síntomas que aparecen con las primeras lluvias, las bajadas de temperatura bruscas,  el viento y demás condiciones propias del otoño e invierno, provocando una de las enfermedades más frecuentes en esta época: El resfriado común o catarro, que es una enfermedad infecciosa viral leve de vías aéreas superiores.

Sus síntomas son: Estornudos, secreción nasal, dolor de cabeza, goteo/congestión nasal (a menudo ocurren simultáneamente), ojos llorosos, picor, dolor o flema en la garganta, tos y una sensación de malestar general, acompañada o no de fiebre. Es una de las enfermedades más comunes.

Coger un resfriado depende básicamente de dos cosas, que deben darse más o menos al mismo tiempo: un descenso de la temperatura corporal e inhalar y  tragar gotitas de agua que contengan ciertos tipos de virus, principalmente  adenovirus y  rinovirus. Los microbios se depositan en la mucosa que recubre la nariz y la garganta y empiezan a multiplicarse. El sistema inmunitario normalmente puede acabar con ellos en uno o dos días, y solo nos sentimos un poco cansados y mocosos. 

Los mocos, la tos y la fiebre son nuestros grandes aliados en la defensa del organismo infantil ante los ataques de los virus que están presentas en colegios y guarderías desde el inicio del curso escolar. No podemos de verlos como enemigos porque nos están defendiendo.

¿De dónde sale tanto moco?, preguntan algunas mamás. De las infección respiratoria de vías aéreas superiores.

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¿Cuáles son las vías aéreas superiores?

Las vías aéreas superiores están formadas por: la nariz (cavidad nasal), la boca y la garganta (faringe). Se encuentra recubierta por una membrana mucosa que segrega moco. En nuestro sistema respiratorio siempre hay mocos, estos son la primera línea defensiva del organismo para “atrapar” los gérmenes que vienen del exterior impidiendo su entrada en los pulmones. En realidad, los mocos indican que tu nariz está funcionando correctamente.

Las enfermedades más frecuentes en esta época son:

Rinitis, si la inflamación tiene lugar en la nariz. Si la inflamación se produce en la garganta y además tiene dolor, tendremos una faringitis; si los virus inflaman principalmente la laringe y el niño presenta afonía o tos perruna, hablaremos de una laringitis. Y si la infección progresa y desciende a los bronquios, hablaremos de bronquitis. En las bronquitis el niño tendrá tos, no sólo por la mucosidad que se encuentra dentro de los bronquios, sino porque estos se cierran (broncoespasmo) y no pueden respirar con normalidad (“Le oigo pitos”). En este último caso, hablaríamos de infección respiratoria de vías bajas.

¿Qué es la congestión nasal? 

Se produce al inflamarse la membrana que cubre la nariz, lo que origina una obstrucción que provoca dificultad para respirar a través de las fosas nasales. Se produce cuando los tejidos que recubren la nariz se hinchan debido a la inflamación de los vasos sanguíneos, lo que genera esa dificultad respiratoria. En la secreción nasal excesiva (rinorrea) el exceso de moco puede bajar por la parte posterior de la garganta, también puede producir tos o dolor de garganta. Puede producir sinusitis y otitis media, así como empeoramiento del sueño.

¿Cómo evitar los catarros?

· En lo posible, evita el contacto de tu hijo con personas resfriadas.

· Mantén una dieta equilibrada que incluya verduras y frutas ricas en vitamina C.

· Acostumbra a tu hijo a lavarse las manos frecuentemente.

· Al toser o estornudar, enséñale a tu hijo a  hacerlo sobre el codo y utilizar pañuelos desechables para cubrir la boca y nariz

· No compartir utensilios para comer, material escolar o juguetes.

· Vacunas: es primordial estar al día con el calendario de vacunas.

· Si tu hijo está enfermo, no lo lleves al colegio o a la guardería.

· Los suplementos vitamínicos no sirven para prevenir, no se los administres sin consulta previa con tu médico.

Tenemos que acostumbrarnos que los niños pequeños pueden tener  hasta 7- 8 episodios de catarros de vías altas durante el otoño-invierno. Estos procesos tendrán fundamentalmente mocos, tos, estornudos, a veces dolor de garganta y fiebre. La fiebre no suele durar más de 3 días. Los mocos los tendrán durante 7 días y la tos, a veces, se prolonga hasta dos semanas. Esta es la evolución natural de un catarro sin complicaciones. A medida que van creciendo tendrán menos catarros al ir inmunizándose.

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