El COB entra en la recta final de una temporada a la que solo pueden subirle alguna décima más a una nota siempre destacada.
El partido de Logroño no era para seguir con lupa, pero a la vez demostró el porqué de la salvación holgada de los ourensanos. De los equipos que han estado implicados por la permanencia, el COB ha ganado 8 de los 10 partidos.
Desde el principio de liga se dio por normal que un proyecto tan justito de presupuesto jugase siempre con renta sobre la permanencia y coquetease con el play off. Betis (6 jugadores), Fuenlabrada (3), Menorca (2) o Cantabria (4) han tenido que fichar hasta cansarse para lograr lo que el COB se ganó a pulso gracias a la planificación del verano y al criterio en el proyecto. Salvarse luce menos salvo que se logre sobre la bocina, pero es un mérito indiscutible para un club que tiene que intentar aspirar ahora a algo más.
La despedida en el Pazo ante el Gipuzkoa no tendrá alicientes clasificatorios, pero sí ver por última vez a uno de los equipos más meritorios y unidos de las últimas temporadas. Aplausos asegurados y merecidos con victorias.