Torrija de otoño la del COB (66-79)

Los ourensanos prolongan  una semana después en el Paco Paz ante el Cantabria las consecuencias de la castaña recibida en Coruña en el derbi 

La castaña, término que ha popularizado Xavi Hernández, que el COB se comió en Coruña tuvo su prolongación ante un Cantabria que no movió una pestaña cuando los ourensanos redujeron a cuatro una desventaja que había bordeado la veintena de puntos durante un buen tramo del partido. Bulic, tan frío como efectivo, abrió el marcador y apagó cualquier conato de rebelión de un equipo, el de Arenas, desnortado, empeñado en hacer cada ataque peor que el anterior. Reveladora resultó la piña de los jugadores al término del partido, sin nadie que berrase o iniciase el ritual antes de juntarse las manos. Mucho más el pasamanos posterior de Pecius, mirada al suelo, ojos llorosos. Todo lo que podía salir mal salió mal.

Arrancó el COB con una torrija importante, necesitó cerca de una decena de intentos para depositar la primera pelota en la cesta. Un tiro horrible para empezar, un triple fallado, una pérdida posterior. El catálogo fue amplio. Enfrente tampoco es que estuviera el futuro campeón, los cántabros se limitaron a mover la bola con criterio y buscar al jugador mejor colocado. Diez puntos amasaron ya de renta a los siete minutos, ante un equipo que jugaba con cinco diferentes a los que empezaron. Cinco puntos en todo un primer cuarto, 5-18, hasta parecía  un castigo mínimo.

Con dos triples consecutivos de Manjgafic parecieron animarse los locales, hasta que se toparon con Smith. El base estadounidense manejó a su antojo el tiempo del partido, a lo que añadió anotación. Doce puntos prácticamente consecutivos dispararon a los visitantes, que alcanzaron la máxima ventaja, 14-33, mediado el segundo periodo Dos cestas de tres, de Ventura y Willett, más una canasta de Chapero, supusieron un parcial de 8-0 que presagiaba un final apretado, 25-35 en el descanso.

Mantuvo la inercia el COB a la vuelta, amplió el parcial hasta un 5-0, 30-35, con el que acabó con un mate Harrar. Willett empezó a lanzarse contra Cantabria y contra el mundo. No resultó, 35-54 después de la cesta de Sans. A base de arreones recortaron los ourensanos, vivos todavía, trece abajo para afrontar el cuarto definitivo.

El último lanzamiento de tres de Manjgafic (tres de ocho desde detrás de la línea) supuso la última intentona de abordaje local, 56-61 y casi siete minutos por delante. Áún la redujo más Nogués, 58-62. Hasta ahí. Al paso por el treinta y siete volvieron los diez, 60-70, con Bulic como si nada, clavando de dos y de tres. Final, 66-79.

Cinco jornadas disputadas, una sola victoria. Tiempo queda, pero las sensaciones que dejó el partido son entre malas y peores. Ni Pecius en la dirección (tampoco Williams cuando tomó el relevo) ni Pilepic por fuera ni Aboubacar por dentro (cinco puntos entre los cuatro)  dieron la más mínima sensación de poderío.  La castaña de Coruña puede considerarse un accidente, la del Cantabria ya no tanto. Costó mucho volver para estropearlo tan pronto. 

Te puede interesar