Baloncesto

No vuelan encima del aro, tienen los pies en la tierra

Ourense. 09/10/2021. Partido de Leb Plata entre el Cob y el Melilla.
Foto: Xesús Fariñas
photo_camera Los jugadores del COB, felices con el resultado (Xesús Fariñas).

Vuelve el baloncesto y, aunque sea en la menos atractiva LEB Plata, la posibilidad de recuperar parte de los hábitos baloncestísticos con el esperanzador horizonte de un Pazo lleno y -¿quién sabe?- sin mascarilla, impregna esta temporada de ilusión.

El COB no va a ganar los partidos "por 40 puntos" como se ha anunciado con excesiva efusividad. Ganará por 17 a un filial que, nobleza obliga, no bajó un ápice su ritmo y compromiso hasta el último segundo de partido. Se ganará de forma ajustada o por la mínima a rivales que van a plantar cara.

El COB perderá partidos, puede que más de lo que algunos creen, si el equipo entrenado por Armando Gómez no aplica en la cancha la máxima exigencia, el respeto al contrincante y la ambición de demostrar la mucha calidad que atesora.

Una filosofía que la sufrida afición, ayer más de 1.000 espectadores -no está mal en un puente festivo con excelente clima- tendrá que asumir. No caigan en el error de experiencias como la del Atlético de Madrid de fútbol en la Segunda división de 2000. El "anito en el infierno" se duplicó por una excesiva confianza en sus posibilidades reales y no estimar el nivel y motivación de sus rivales.

No parece Armando Gómez, sustituto en el banquillo del casi eterno Gonzalo García de Vitoria, un técnico que repare en el esfuerzo o pierda el tiempo mirándose el ombligo.

No parece el grupo de jugadores de esta temporada una banda de talentosos niños malcriados. Todo lo contrario. El nuevo COB se presentó como un bloque sólido, serio, de juego colectivo.

No nos imaginamos a los llegados del Norte, el islandés Dagur Jonsson y al letón Edgars Lasenbergs, pasando la mañana en la cafetería del Pazo. Tampoco a Javi Marín revisando las redes sociales en el vestuario ni a Ferrán Ventura tirando del móvil del club para hablar con los colegas. Todos aterrizan en Ourense con una idea común, relanzar su carrera. Nada mejor que lograrlo con un ascenso.

Cuando el COB apretó en defensa, el partido se rompió. Sin acciones muy espectaculares, pero muy efectivas. Por mucho que lo intentó el Melilla, nunca pudo rebajar los 15 de ventaja.

Esta temporada no hay jugadores que vuelan por encima del aro, pero sí hay muchos con los pies en la tierra. Serios, solventes y comprometidos. Necesarios para un camino complicado. Se dio el primer pasito. Paciencia y resiliencia. Nada nuevo, lo sé.

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