Sí, es una triste realidad. Desde que Pedro Sánchez se instaló en el Gobierno, la democracia y la Constitución han sufrido continuos ataques. Y no solo han ignorado la Carta Magna, si no que también han promulgado leyes nefastas, han hecho que la economía empeorara considerablemente y han manchado su partido de corrupción y mentiras.
Las amenazas a la Constitución vienen de lejos: empezaron con los indultos, a los cuales les siguieron la colocación de un colega de partido en el TC, la disolución de las cámaras sin aviso al rey y la amnistía. Y esperen, porque más adelante llegará el referéndum.
Han errado también aprobando leyes nefastas, como la del Solo Sí es Sí o la Ley Trans (y no, no tengo nada en contra de la gente trans).
Con respecto a la economía y la regulación laboral: la inflación en nuestro país el pasado mes de marzo fue del 3,2%, y para muchas familias ya es casi imposible comprar alimentos básicos como el aceite de oliva o el pescado. En cuanto al PIB, España se encuentra con que tiene un 50% de crecimiento inferior al del resto de Europa. Con respecto a la tasa de paro, somos en territorio europeo a la cabeza con más desempleados, con un 11,6%.
Y para rematar este maravilloso historial tenemos los recientes casos de corrupción del Gobierno, donde se ven implicados los ministros, los presidentes de dos comunidades autónomas y la propia mujer del presidente.
Es evidente pues, que el Gobierno de Sánchez es, con diferencia, el peor de los que llevamos en democracia. Aun así, confío en que este Gobierno será un humillado paréntesis.
