En el edificio Multiusos estaban citados los característicos "felos", que recorrieron sus calles en la primera de las citas del carnaval de la provincia
Sin descanso. Aún con parte del roscón de Reyes digiriéndose, los macedanos decidieron salir ayer noche a las calles de su localidad para convertirse en la avanzadilla de lo que en el mes de febrero le espera a cualquier rincón de la provincia: el Entroido. Los tradicionales "felos" hicieron aparición pública en el edificio Multiusos, para recorrer Maceda, desde las ocho de la tarde, hora a la que estaban citados. Ponían así fin al programa de actividades que con motivo de la Navidad organizó el consistorio local y abrían otro menos entrañable y mucho más atrevido, el del carnaval.
En todo momento estuvieron acompañados, además de la música de sus pesados cencerros, por las notas de una charanga. Las bajas temperaturas no animaron a la presencia de público, algo que tampoco importó a la veintena de aspirantes a "felos", que vestidos de calle pero con su imprescindible máscara anunciaron el inicio del Entroido en Maceda y en el resto de la provincia.
Tomarán el testigo en Verín, donde el próximo 17 de enero, coincidiendo con la celebración de la fiesta local del San Antón, empezarán a sonar algunas "chocas" por las calles de la villa. Dos días después, el 19, Laza retumbará con el primero de los "folións" previstos para las once de la noche. Y, en la capital del Limia, Xinzo, el petardazo que anuncia el Entroido más largo del país tendrá lugar al día siguiente.
