Opinión

Aires de campaña

En una época de vidas y mundos entrelazados por las nuevas tecnologías, se habla de "pegada de carteles" cuando ya casi nadie los pega en los muros. Suena a lo de "tirar de la cadena", cuando semejante artilugio ya no se usa en los escusados, con perdón. Sin embargo la otra noche se hizo el paripé. Fue el arranque oficial de la campaña de las elecciones europeas. Con pegadas virtuales de carteles y colas virtuales en los aeropuertos para escapar de la cantinela que nos espera en quince días de palabrería, escándalos precocinados y mentiras de vídeo.

Por no mirar a los actos electorales miremos a las quinielas demoscópicas. Se abrió la campaña con la macroencuesta del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) que anticipa una victoria del PP en las urnas del domingo 25 de mayo por 2,7 puntos de ventaja sobre el PSOE y confirma: uno, el bajón de los dos grandes partidos a escala nacional (entre 8 y 9 puntos respecto a las anteriores europeas, pero más acentuado el del PP respecto a las últimas generales); dos, los partidos-escolta de implantación nacional (IU y UPyD) triplican resultados, y tres, sigue creciendo el número de los encuestados que no irán a votar, que probablemente no irán o que irán sin saber todavía cuál será el sentido de su voto.

Respecto a los contenidos de la campaña, se harán explícitos en el cruce verbal del debate televisado el próximo martes entre los dos principales candidatos, Valenciano y Arias Cañete. Pero ya está claro que la estrella será el paro, como secuela de la falta de recuperación, que será donde pongan el acento los socialistas, o el empleo como efecto de la inminente remontada económica, que será el leit motiv del discurso popular. En ese juego están dando mucho de sí las distintas tomas de temperatura sobre el estado de la cuestión. Lo malo es que, al ser distintos dichos medidores, cada partido usa el más favorable a su respectivo discurso. El del PP se basa en las cifras del paro registrado para sostener, como suele decir el ministro De Guindos en la distancia corta, que antes íbamos "camino de la perdición" y ahora vamos "camino de la salvación". El del PSOE, por el contrario, prefiere utilizar los últimos datos de la EPA (paro en el primer trimestre del año) para desacreditar el mensaje del Gobierno y del PP.

Es una lástima que el asunto que realmente más preocupa a los españoles sea objeto de querella diaria entre los dos partidos centrales del sistema. Deberían ponerse de acuerdo en lo que debe entender el ciudadano cuando oye hablar de recuperación. Sólo puede ser el retorno a una España más habitable que la que resulta de los planes oficiales de ajuste presupuestario. Y lo cierto es que eso sólo se conseguirá cuando se vuelva a crear empleo de forma significativa. Lo cual no se deduce que indicadores tan frágiles y tan dependientes de factores ajenos como los que se despachan en todos los cuadros de previsiones, nacionales e internacionales, incluidos los del propio Gobierno Rajoy.

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