Preguntado el bueno de Alberto Oliart en una de las primeras entrevistas concedidas tras aceptar la responsabilidad de presidir la Corporación RTVE, afirmó que estaba dispuesto a continuar con el equipo comandado por su antecesor Luis Fernández, y que en breve se pondrían en marcha nuevos espacios de cultura y ciencia.
Nada que objetar. Loables deseos. Pero da la impresión de que este hombre tan ocupado, y hasta el momento tan ajeno al mundo televisivo, no conoce en profundidad los entresijos de la casa. Se atreve a decir, como preámbulo a cualquier otra con sideración, que va a incorporar espacios culturales y de ciencia. Cuando a lo mejor sería más correcto plantearse dar visibilidad a lo que ya existe, programar de un modo más racional la producción en marcha, y rentabilizar muchos de los esfuerzos que algunos profesionales llevan a cabo en la casa.
Sin ir más lejos, en el canal temático Cultural.es, nutrido en la mayoría de los casos de programas de relleno tan surrealistas como aquellos que realizaba el dúo de humoristas Faemino y Cansado. Pero entre los que se cuelan joyas como la que se emitió el pasado domingo, La mitad invisible. En esta tercera edición del programa, Juan Carlos Ortega indagó en la trastienda de la película El verdugo, viajó hasta las cuevas del Drac para reencontrarse con el señor que interpretó al anónimo guardia civil, y charló con Diego Galán y José Luis García Sánchez para desvelar anécdotas inéditas. También buceó en el archivo de TVE, y rescató imágenes de entrevistas a Berlanga en espacios como A fondo de Joaquín Soler Serrano. Un programa cultural en toda regla, a la par que entretenido, y haciendo honor a su título, invisible. Haría bien Alberto Oliart en darle visibilidad, antes que inventar nada. Es sólo un ejemplo.
