Opinión

Estructuras subyacentes de Daesh

Si toda o una parte de la lista de 22.000 nombres de militantes del Estado Islámico es cierta, los servicios de in- formación europeos y estadounidenses van a tener un buen material para trabajar y desentrañar las “estructuras sub- yacentes” con que cuentan los yihadistas en distintos países y que han servido para el reclutamiento de aquellos que han acabado alistados en el grupo terrorista.

A pesar de las dudas sobre su autenticidad, la lista, que habría sido elaborada por una de las divisiones del ISIS que controla el paso de los nuevos terroristas hacia Siria, está ya en manos de distintos analistas que han dado por buenos los datos obteni- dos, mientras otros son más cautos, pero serán los encargados de tirar del hilo para saber de dónde proceden o los contactos que les permitieron llegar hasta los campos de entrenamiento para luego incorporarse al combate u ofrecerse como terroris- tas suicidas. Pero sobre todo la información adquiere un valor más alto si entre los nombres registrados aparecen terroristas que hayan podido retornar a sus países, donde ahora podrán ser perseguidos de forma más rápida.

La lista habría sido robada por un miliciano del Ejercito Libre de Siria que se pasó al Estado Islámico, que luego huyó con una tarjeta de memoria en la que estarían grabadas las fichas

delosreclutadosyquehabríatratadodevenderadistintosme- dios de comunicación. Este hecho sumado a algunos errores de concepto alimentan las dudas sobre su autenticidad.

Lo cierto es que algunos de los nombres que aparecen en la lista pertenecen a terroristas que han sido dados por muertos por el propio Daesh. El robo de la lista revela la importancia que tienen las filtraciones, las fugas de información y en defini- tiva el espionaje para luchar contra el Estado Islámico, aunque en este caso haya sido tan simple como la actuación de un des- encantado con la lucha de los terroristas islamistas que se han asentado en Siria e Iraq.

Del estudio de la lista se revela que los yihadistas procederían de cuarenta países y dos tercios de ellos habrían llegado desde Arabia Saudí, Túnez, Marruecos y Egipto, y sorprende que los sirios sean tan solo un 1,7% y los iraquíes el 1,2%, mientras que los turcos y los yihadistas de ascendencia francesa ocuparían los puestos de vanguardia en el combate. En el listado que también está siendo estudiado por el Ministerio del Interior aparecerían terroristas procedentes de España, aunque está por determinar si figuran en ella algunas de las 153 personas que Fernández Díaz tiene constancia que se han incorporado al ISIS en Iraq, Siria o Libia o los 25 retornados.

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