Opinión

Llegar a fin de mes

Pobre España! ¡Quién te veía y quién te ve! Amnistías, referéndums, Puigdemont, anarquía, confrontación, fractura, confabulaciones, separatismos, políticos tóxicos, libertinajes, filibusterismo político, egocentrismos, soberbias, narcisismos, avaricias desmesuradas... estas son algunas de las palabras que podrían definir perfectamente las causas del destrozo nacional al que están sometiendo a nuestra querida España. Y así llevamos ya los últimos cinco años. 

Todo ello, y por lo que pueda venir, lo sintetiza y advierte Isabel Díaz Ayuso: “España acumula energía cívica, institucionalidad y masa crítica nacional para impedir que este proyecto de disolución nacional se consume”.

Pues sí, cinco años aplicando políticas laminatorias -cual máquina de triturado a la clase media española y autónomos en particular-, y como por ejemplo, a los propietarios de inmuebles. Lo cual ha derivado a que la oferta de viviendas en arrendamiento marque mínimos históricos desde que hay registros. Y ahora qué, señores y señoras del Ejecutivo bipartito en funciones. Que le cuentan ahora a los más jóvenes y a las familias más vulnerables que no encuentran una vivienda en alquiler que se acoplen a su ratio de ingresos. 

La actual y nociva Ley de Vivienda es ya todo un gran fiasco, a imagen y semejanza de la del “sólo sí es sí”. De la cual sus efectos negativos ya todos, y todas, los conocemos, con 1.161 delincuentes sexuales condenados que ya se han beneficiado de la reducción de penas. 

Según el último informe del Banco de España, los criterios de concesión de préstamos hipotecarios se endurecieron durante el primer trimestre de 2023, y por cuarto periodo consecutivo, siendo los jóvenes los más afectados, ya que la falta de historial crediticio, su menor capacidad de ahorro o la carencia de ingresos estables dificulta en gran medida el acceso a la financiación para adquirir su vivienda habitual. A esto hay que sumarle el encarecimiento progresivo del euríbor que, con la subida del precio del dinero el pasado jueves, hasta el 4,5%, máximos de más de dos décadas, lo va a incrementar nuevamente, con lo que va seguir disminuyendo el número de hipotecas y de operaciones de compraventa de viviendas. Se van a reducir más las posibilidades de los jóvenes y de las familias con menos recursos para acceder a un préstamo hipotecario para la compra de vivienda. En conclusión: mucha más presión de la demanda hacia un mercado del alquiler que ya no da más de sí, con una oferta de viviendas en arrendamiento en mínimos en el circuito de comercialización. 

La economía de la clase media española, de los autónomos y la de las microempresas es prácticamente de subsistencia. Y para darnos una bofetada más, las vergonzantes e injustificables retribuciones de más de 40.000 euros anuales que perciben los llamados, “asesores” multicolores en las diferentes Administraciones deberían ser la gota que colma el vaso de la paciencia de cualquier ciudadano que ve como no llega a fin de mes para pagar, con sus impuestos, a tantos desvergonzados vividores de lo público. 

Me quedo con el mensaje sólido, positivo y coherente del presidente de la Xunta, Alfonso Rueda: “Galicia es un ejemplo de estabilidad política, económica y social. Una tierra pujante y atractiva para invertir, vivir y visitar”. Pues sí, y esperemos que por muchos años dentro de un contexto nacional más que preocupante. Lo iremos viendo y analizando.

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