Opinión

'CARTAS A UN ESPÍRITU INQUIETO'

Tienen algo que decir sobre la fe un grupo de profesores católicos a los jóvenes de hoy? La respuesta se ha convertido en un blog y en un libro que llevan precisamente por título 'Cartas a un espíritu inquieto', cuyo comienzo es este: 'Querido Ignacio: Te extrañará que te escriba una carta como esta, pero el otro día me quedé con las ganas de seguir hablando, de buscar juntos las respuestas a las preguntas que me lanzabas'.


Se trata, en efecto, de siete cartas donde se propone un diálogo a modo de itinerario, que posibilitan mirar a Cristo y a la Iglesia con ojos de un 'espíritu inquieto' con respuestas a los interrogantes de los jóvenes de hoy. De este modo, recuperando el género literario epistolar, un viejo profesor escribe a su joven alumno Ignacio desde Nueva York, Sao Paulo, El Cairo, Tokio, Sidney, Jerusalén y Roma. Las cartas tocan temas interesantes y fundamentales como: 'El hombre como pregunta', 'El cristianismo como respuesta', 'Jesús de Nazaret ¿mito, reliquia o verdad?', 'La inaudita pretensión de Jesús', '¿Es razonable creer todo esto?', '¿Por qué dicen que ha resucitado?' y 'La Iglesia ¿qué tiene que ver con todo esto?', todo con un lenguaje ameno y sin detrimento de la necesaria profundidad que precisan.


El viejo profesor es un grupo de docentes de varias universidades españolas que ha compartido la iniciativa de escribir estas cartas, y el corazón inquieto es el de miles de alumnos que a lo largo de sus años de experiencia docente han encontrado en sus aulas, explica hacia el final el mismo libro.


En su periplo por ciudades tan variopintas, el profesor se encuentra con una única verdad 'cada hombre a lo largo de la historia ha expresado de una forma o de otra su sentido religioso. Tiene que haber un bloqueo hondo para no reconocer esta tendencia, algún prejuicio ideológico o alguna herida en el alma. Por eso el texto escrito, con estilo ágil y de gran belleza, va perfilando un camino en el que apela directamente al lector a poner en cuestión las grandes preguntas de la vida, el gran enigma que es el hombre, la posibilidad del cristianismo como respuesta, la inaudita pretensión salvadora de Cristo o el senido que tiene, en todo esto, la Iglesia.


Tras este breve esbozo del núcleo de este ensayo, quisiera terminar recordando el discurso de Benedicto XVI a la Curia Romana en 2009, donde habló por primera vez del 'atrio de los gentiles' donde los hombres pueden acercarse a Dios y que 'abría una gran cancha para los buscadores de Dios con los que podemos -los hombres de fe- entrar en un diálogo constructivo'. Y recordando las palabras de Juan Pablo II, ha señalado que 'la contribución de los universitarios católicos o la contribución de la Iglesia por medio de ellos, pretende revitalizar la renovación cristiana de la cultura mediante un diálogo respetuoso y franco, unas razones claras y bien fundadas y un testimonio que convenza'. Con este propósito creo que se ha llevado a cabo el singular ensayo 'Cartas a un espíritu inquieto'.

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