Opinión

El capitalismo

El capitalismo actual, tal y como se enetiende por ciertas terminales, ha supuesto una profunda decepción como fórmula de articulación social y de progreso real.  En la reciente crisis economica y financiera el capitalismo salvaje tiene su parte, importante, de culpa. La absolutización del libre mercado ha traído consigo una nueva modalidad es esclavitud, si se quiere más sutil que la socialista, pero más destructora de la capacidad de reflexión y de crítica del hombre: el materialismo consumista. A medida que se eleva el nivel material de vida, desciende el nivel de la verdadera vida ha escrito Octavio Paz. Aumenta la insensibilidad social, un conformismo pesimista se ha adueñado de no pocos ambientes y se pierden los valores en aras de una utilidad y un precio a veces inconfesables. En este sentido, me parece interesante la aportación de Albert en su libro “Capitalismo contra capitalismo”. Albert, que denuncia la obsesión por un beneficio empresarial incapaz de generar función social, apuesta por un nuevo capitalismo que debe recomenzar su andadura y se muestra partidario de la llamada economía social de mercado como fórmula de capitalismo a favor del éxito colectivo y del consenso social con una visión a largo plazo de proyectos industriales generadores de empleo estable cualificado.

El discurso de los valores, tan importante en los tiempos que corren, procede a encubrir, si no se hace con rigor, incluso una perspectiva de falta de compromiso con la verdad y de práxis materialista. ¿ Es posible ?. Claro que si. Si partimos del hecho de que hoy hablar o escribir sobre Ética es siempre bien recibido, podemos encontrarnos con que el discurso de los valores se realiza siempre que no implique compromiso personal y si compromiso para otros. Esta es una de las grandes paradojas del momento presente: se hace compatible la exaltación de los valores con la ausencia de compromiso personal. Es claro, pues, que la situación actual es una situación de un claro dominio del egoísmo del que decía Leopardi que ha sido siempre la peste de la sociedad; cuanto mayor ha sido, tanto peor fue la condición de la sociedad.

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