Opinión

Ateos de vuelta

Hace tiempo se ha hecho público que uno de los ateos más influyentes del mundo acepta la existencia de Dios. Hasta 2004 fue considerado un filósofo ateo férreo e influyente, pero Flew, en su libro "Hay un Dios", cambia de parecer y explica que recientes investigaciones científicas sobre el origen de la vida y el ADN revelan la existencia de una “inteligencia creadora”. En la Universidad de Nueva York quedaron sorprendidos cuando Flew anunció que aceptaba la existencia de Dios y que se sentía impresionado por el cristianismo.

Antony Garrard Newton Flew (Londres 11/2/23-8/4/10) fue un filósofo del pensamiento analítico y evidencialista especialista en la filosofía de la religión. Durante más de cinco décadas, este filósofo inglés fue uno de los más vehementes ateos, escribiendo libros con grandes seguidores y debatiendo con conocidos pensadores creyentes como el célebre apologista cristiano C. S. Lewis. En su libro "There is a God", Flew desarrolla sus argumentos sobre la existencia de Dios y argumenta frente a los puntos de vista de importantes científicos y filósofos acerca de la cuestión de Dios. Su investigación le llevó a examinar, entre otros, los trabajos críticos de David Hume al principio de causalidad y los argumentos de importantes científicos como Richard Dawkins, Paul Davies y Stephen Hawking. Otro de los pensamientos sobre Dios que tomó como referencia fue el de Albert Einstein, ya que, lejos de lo que afirman ateos como Dawkins, Einstein fue claramente creyente.

Reacciones como la de este científico cuando menos hacen pensar, aun cuando haya ateos que lo vituperen por mucho que los creyentes le den su placet a este cambio y los argumentos que lo sustentan. Pero una cosa, al menos para mí, es clara y positiva, y es la idea de partir del progreso y los avances científicos para llegar a la conclusión de que detrás existe una mano que encendió el Big-Bang o el relojero que puso en marcha las horas por las que nos guiamos. E incluso la certeza de que nunca podremos imaginar un balón cuadrado porque eso sería un cubo, lo que lleva a muchos a la conclusión, incluido Descartes, de que la idea de Dios supone su existencia, porque el absurdo es siempre inadmisible por la inteligencia, como lo del balón cuadrado.

En el fondo, cuando uno ve la vuelta a la fe de científicos actuales, viene a la memoria la frase del de Hipona, que nos indica que muchas cosas, por muchas que estas fueren, nunca crean una infinita que es el anhelo que tiene nuestro corazón. La felicidad nunca la dan las cosas sino el corazón lleno, siguiendo la tesis agustiniana. Por otra parte, esta postura al menos demuestra que nunca es irracional el creer. Que tenemos argumentos también para creer aun cuando la fe es un don y muchos carecen de él y es por eso por lo que se muestran ateos activos, también algunos coherentes. Y a estos estamos llamados los creyentes a respetarlos e incluso practicar con ellos la caridad, que a nadie excluye.

En un mundo de grandes contradicciones y antítesis es necesario saber caminar también con los que piensan diferente si lo hacen con esa integridad y coherencia de la que hablamos.

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