Opinión

Increible profanación

A dónde vamos a parar? ¿Quién pone remedio a esto? El acto sacrílego incalificable acaecido en Navarra rompe todos los límites del respeto, la dignidad y la corrección. Que se haya jugado con las Sagradas Hostias, lo más sagrado para la fe católica, es una ofensa de tal magnitud que produce estupor. El arzobispo navarro ha convocado un desagravio al que ha respondido de forma mayoritaria el pueblo en Pamplona y en muchos lugares de España con un rechazo total. Mal que se hubiese hecho con formas sin consagrar (por lo que significa el símbolo) pero peor, mucho peor, con ellas consagradas y robadas de manera clandestina y a todas luces sacrílega. Porque para los católicos, la presencia de Cristo en ese trozo de pan es algo real. Como Dios está en todas partes, pero en la Eucaristía además de estar como lo está como Dios en todas partes, es él mismo con su cuerpo, sangre, alma y divinidad. Esa es la fe y aquí radica la ofensa.

Pero el problema dista de ser ya un sacrilegio de gran magnitud. Es mucho más, es un delito grave porque supone herir la sensibilidad y la fe de la gran mayoría del pueblo español. Y en esto los poderes públicos debieran intervenir de manera clara y contundente. Imaginen la que se armaría, por otra parte, si esa ofensa fuese proferida contra los símbolos de otro credo. Baste recordar el ejemplo de la revista francesa. Pero como los seguidores del Nazareno debemos poner la otra mejilla y saben que la respuesta va a ser el perdón y la misericordia, por eso es un blanco fácil. Simplemente uno entra en un lugar de culto de otra religión y lo hace sin seguir las normas allí vigentes y por lo menos le ponen en la calle. En nuestras iglesias entran de cualquier modo y en cualquier momento del culto y nada pasa y si se les llama la atención nos tachan de intransigentes. Saben con quien se meten...

Las leyes lo permiten o los gobernantes miran para otro lado porque lo otro a lo mejor dista de ser "políticamente" correcto y hay que ir por la vida presumiendo de una falsa progresía. ¿Es progreso el insulto, el desprecio y casos como el que nos ocupa? Aquí entra en juego algo fundamental: ¡hay que ser "tolerantes"! sabiendo que los que creen en Cristo lejos de la tolerancia deben practicar algo más sublime que es la caridad.

Ya hay países que están publicando leyes sobre el tema, por ejemplo Irlanda y Finlandia. Así las blasfemias son castigadas con 25.000 euros, por ser una expresión insultante contra cualquier religión. En Finlandia tiene pena de cárcel. En España se retiró del Código Penal en 1988.

Chabacano y grosero. La palabra Dios se omite. Todo lo que diga la Iglesia se mitiga de forma radical incluso como una broma. En España gran consumo de cocaína pero los estudiantes son los peores de la UE. Se mofan de la bandera y del himno incluso ahora también en los actos deportivos. Se admite el velo islámico pero se condena la cruz o cualquier signo católico fomentando el anticlericalismo. Es la incongruencia en la que nos movemos en un mundo que presume de laico y de lo que en realidad se trata es de abrir un camino hacia el laicismo más feroz olvidando las raíces, la historia y la labor social que también hace en tiempos de crisis la Iglesia católica. Así nos va.

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