Opinión

Sentido común

El alcalde capitalino, tras lo acontecido en el pasado pleno municipal, ha pedido a sus concejales “sentido común” al menos hasta finalizar el actual mandato, que está ya agonizando y en sus últimos estertores.

Y es que ha vuelto a suceder otro deplorable espectáculo en la gran casa municipal. El debate de la citada sesión plenaria del Concello de Ourense se desarrolló une vez más por unos derroteros nada edificantes, pues como aconteció en otras ocasiones, el clima de las discusiones resultó agrio, irritante, cuasi irreverente. Volvieron a aflorar palabras fuera de tono nada adecuadas a este foro solemne como es un salón de sesiones de una institución pública.

Pero es que además, se produjo una “tocata y fuga” interpretada por los componentes de la banda, bueno, mejor dicho, del Grupo Municipal Popular (lo de “banda” era por el símil musical, jamás peyorativo), cuando surgieron los dislates en la discusión entre uno de sus concejales y el portavoz de DO. Y aun así, con los ediles peperos fuera del pleno, siguieron produciéndose ácidas controversias.

A pesar de todo, el rector municipal aseguró que en aplicación del reglamento no procedía la expulsión de nadie, pues reconoció que desde su ubicación no había escuchado insultos… Se ve que el alcalde quiere tamizar semejantes deliberaciones totalmente inapropiadas, pues además a él le corresponde mantener el orden y el buen tono de los debates plenarios. Y no consiste solamente en permanecer estoico y actuar con paciencia.

Ya hemos comentado en otros artículos que nuestros representantes públicos, en este caso concreto nuestros concejales, como tales integrantes de dicho estamento institucional, al que acceden por los votos del pueblo, tienen que cuidar sus modales y exhibir un exquisito comportamiento y por lo tanto, nunca deben protagonizar espectáculos que rayan lo grotesco como acontece en algunas sesiones plenarias.

Como colofón, y por eso de provocar una sonrisa ante tanta acidez, parafraseando al célebre actor cómico Groucho Marx: “La política no hace extraños compañeros de cama. El matrimonio sí”.

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