Opinión

La carta

Por más que me empeño en dar vueltas a la dichosa carta de Cultura a las asociaciones -veciñas/os- de la ciudad bajo protector encabezamiento de la Tenencia de Alcaldía, por más que me esfuerzo, no logró advertir ese ‘erro redaccional’ al que Isabel Pérez, firmante de tal despropósito, aludía el día después en su acto de contrición, acto reflejado triste e impersonalmente en un comunicado con el que intentar desandar lo andado. Pues bien, de tremendos esfuerzos por entender tamaño absurdo no puedo más que concluir que: O bien es ya tan escasa mi lucidez que no acierto a discriminar carácter y repercusión de determinadas actitudes (lo que sinceramente no descarto desde que me veo obligado a convivir con una ciudad reinventada a golpe de ‘porque sí’); o, en segunda instancia, la cartita en cuestión no responde más que al claro intento -’el que se mueva, no sale en la foto’- de reclutar entregada y becerril ‘clac’ bajo aviso y amenaza indecente. Ustedes dirán...

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