Sigo asombrado. Lo recoge la información que usted, votante como yo el domingo, podrá leer en la página que forma pareja con ésta. Pérdida de 4.000 votos en la ciudad y ni una reacción de convincente autoanálisis (...). Duro, pero claro, muy claro, más imposible. Desde que la noche electoral dejó caras muy largas en las filas nacionalistas y en sus bisocios de bigobierno en la bicefalia bipartita, los movimientos no han sido más que absurdos brindis al sol. Si usted, satisfecho o no tras el resultado del domingo, hayan o no ganado los suyos, sigue leyendo en la antes citada página tres, se dará cuenta de cómo la cadena que la misma noche del domingo iniciaba Anxo Quintana con su nula asunción de responsabilidades ante la invitación expresa de los gallegos, tenía continuidad ayer mismo en su versión urbana con la tibia responsabilidad colectiva a la que aludió el teniente de alcalde nacionalista Sanchez Vidal. Lo dijo Beiras, también ayer, es urgente, no se puede esperar al otoño.
