Opinión

EDUCANDO

Pues sí, claro que padres, alumnos y profesores tienen razones para hacer una huelga. La realidad es que el ministro Wert no ha acertado con su reforma y al día de hoy la realidad no es otra que se han recortado becas, que se han rebajado las ayudas para el comedor, que los profesores están desbordados, que cobran poco y trabajan mucho. Y en la Universidad las cosas van por el mismo camino. Hay cientos de estudiantes que sin beca no pueden continuar la carrera y que endurecer los requisitos para acceder a las becas es una manera de dejar en la cuneta a todos aquellos que no tienen medios económicos.


Por decirlo claramente: las reformas de Wert provocan que quienes no tienen medios económicos no puedan acceder a la misma educación de quienes sí los tienen, y eso, no sé a ustedes, pero a muchos ciudadanos, entre los que me encuentro, nos resulta insoportable.


Pero es que además el ministro Wert viene manteniendo una actitud desafiante, provocadora, parece que les resbalan las críticas, y sus declaraciones y manifestaciones públicas terminan teniendo un tonillo de provocación.


Por si fuera poco, la secretaria de Estado de Educación, Monserrat Gormendio, ha tenido la desfachatez de intentar hacer una demagogia de tres al cuarto dirigiéndose a los padres de los alumnos para decirles que los profesores que van a la huelga son unos privilegiados porque tienen el puesto de trabajo asegurado mientras muchos de esos mismos padres no lo tienen.


A lo que parece la secretaria de Estado de Educación ha decidido imitar al ministro poniéndose en plan 'faltón'. La afirmación de la señora Gormendio es realmente ofensiva pero se cae por su propio peso por la zafiedad de fondo.


Sí, claro que hay razones para que padres, profesores y alumnos protesten. La realidad es que nuestro sistema educativo no funciona, y lo peor es que los dos grandes partidos han utilizado la Educación como arma arrojadiza de los unos contra los otros. Ni el PSOE acertó con sus leyes educativas ni tampoco el PP. En este terreno ambos partidos han sido un auténtico desastre y de ambos es la responsabilidad de la situación de la educación en nuestro país.


Creo que el ministro Wert en vez de dedicarse a desafiar a padres, alumnos y profesores, debería de dedicarse a hablar y escuchar a la comunidad educativa. Sí, debería sentarse con los maestros de primaria, con los profesores de secundaria, con los de la universidad, porque son ellos mejor que nadie quienes le pueden decir al ministro lo que de verdad necesita nuestro sistema educativo. Pero la reforma Wert es un reforma cargada de ideología como en su día lo fueron las reformas socialistas. Ambos partidos están más preocupados por adoctrinar e imponer a través de la escuela su visión de la sociedad, que de verdad afrontar que lo importante es educar.


En fin, creo que el ministro Wert se volverá a equivocar si una vez más se empeña en tomarse a título de inventario la protesta de padres, profesores y alumnos. Su obligación es escuchar y dejar detener esa actitud provocadora y desafiante. En democracia la obligación de los políticos es escuchar y en su caso rectificar.


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