Opinión

Qué culpa tiene la estaca...

Qué culpa tiene la estaca, si el sapo salta y se ensarta? ¿Qué culpa una ex mujer pública -que por cierto estos días enloquecía por volver a su antiguo oficio-, si una empresa privada la ficha como caza recompensas? Perdón, cazatalentos. La batracia empresa se llama Seeliger & Conde, con “and”, del inglés, no con “amb”, del pa amb tomàquet, a pesar de ser una empresa catalana y tener su sede social en Barcelona.
 También Esperanza Aguirre defiende los toros, se proclama castiza, se marca unos cuantos chotis por San Isidro, presume de que “la sangre caliente de Aguirre corre por mis venas” y además vive -e infringe el código de circulación- en Madrid. Pero la pela es la pela, ¡no fotis!


 ¿Cuál era el horario de trabajo que tenía esta señora en Seeliger & Conde? ¿Cuál su misión? ¿Cuál su experiencia para el cargo? No sabe, barra, no contesta. Secreto. Schsst. Chitón. Top secret. Pero al menos ahora ya sabemos cuál era la pasta: 369.000 euros contantes y alucinantes. Casi el doble de lo que cobran los consejeros de Inditex. Tres veces más que lo que cobran los de la Caixa. Una animalada. Una patada en las pelotas, barra, ventosas de quienes nos creíamos sus gracias: “No es que haga números al final de mes, es que muchas veces no llego”. Un escupitajo a boca guarra, o jarro o como coño se diga, al noventa y nueve coma nueve por ciento de los ciudadanos que la envidian, y la odian, y la critican. Y sin embargo la votan: Una desgracia.


 Si es que la culpa es del sapo, entonces reventémoslo a pedradas. La primera en la frente: ¿La pasta se la regaló, perdón pagó, en una sola remesa o mes a mes? ¿Qué talentos cazó la cazadora? ¿En cuántos gamusinos puso el ojo? ¿Y la bala? ¿Cuántas veces se ausentó, por ejemplo, de Madrid? La segunda en la boca: ¿Qué otras escopetas hay en el coto? ¿Cuántos contratos consiguieron con empresas públicas o parapúblicas gestionadas por compinches del partido? ¿Fue una puerta giratoria? ¿Tal vez fue una puerta falsa? Y la tercera en los cojones: Investigación de Hacienda ya. Y de la Udef. Y ya verás como a la tal Seeliger & Conde, o a la constructora Collosa, esa que le pagaba a Martínez-Pujalte cinco mil euretes al mes mondos y lirondos “por tomar un café”, y a Federico Trillo, el perejiles, más de cien mil al año por “asesorías verbales”, se le saltan los chanchullos, y las tripas, cual anuros pisados por carreta ¡Qué asco!

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