Mes de intercambio turístico, aunque sea con contratos de trabajo, para la vendimia del país vecino.
Da gusto oír donde llega la fantasía de los padres explicando un veraneo en Torremolinos o Marbella sin haberse movido de Matadeperas.
Al que aún le quede una extranjera, que no la pierda y la conserve, pues ya no hay donde escoger.
El que veranea en septiembre, ya sabe lo que hace. El que no lo hace, si es que no puede, no sabe lo que se pierde.
Septiembre es el mes en el que se impone ponerse a la moda. Hablemos, pues, de la moda:
La moda es eso que deja de llevarse en cuanto realmente “se lleva”. El último grito de la moda lo dan los maridos cuando ven la factura del “modelito”. “Hay que ver, hay que ver, las faldas que hace un siglo llevaba la mujer”.
Para terminar, esto le dijo una mujer celosa a su marido. Resulta que cada día encuentra un pelo, a veces moreno a veces rubio, en la solapa de su marido. Por fin, llega un día en que no lleva ningún cabello en el traje, e indignada le dice:
-¡Qué pasa! ¿Es que ahora sales con calvas?
