Opinión

Una campaña de 104 millones de euros

El PSOE ha renunciado a la cartelería para no incrementar aún más los gastos electorales, pero ha pesado más el hecho de saber que los carteles no se traducen en votos que la necesidad de apretarse el cinturón.

Los profesionales de sondeos y análisis de intención de voto lo saben desde hace tiempo y así se lo han trasladado a los dirigentes de los partidos para los que trabajan: los carteles sirven solo como recordatorio, y las campañas solo afectan al 1 o al 2 por ciento del voto, como mucho, en los casos en los que se prevé una gran participación. Cuando la abstención es alta, como ocurre con las elecciones al parlamento Europeo, acuden a las urnas los que se sienten absolutamente seguros de que quieren votar una opción determinada, y por tanto no les influyen ni los debates electorales ni los carteles ni los mítines. Los fondos electorales, por tanto, son dinero que se puede considerar tirado a la basura. O casi. Sin embargo se trata de una cantidad considerable. Los Presupuestos Generales del Estado aprobaban una partida del Ministerio de Interior de 75 millones de euros destinados a la organización de las elecciones europeas.

Ahí se incluyen los gastos de publicidad institucional, urnas, operativos de seguridad, contratación de la empresa encargada del recuento y pagos de horas extras entre otros apartados. A esa cantidad hay que sumar 29,3 millones de euros a las subvenciones de los partidos, que se reparten en función del número de votos que lograron en las elecciones anteriores.



CAMPAÑA EUROPEA DE WEEK END

Las listas se conocen desde el pasado día 21 y una vez analizada por la Junta Electoral se proclamarán oficialmente el día 28. La campaña ya está en marcha aunque todavía no ha llegado la fecha oficial, con el cabeza de lista del partido que gobierna ocupando todavía su puesto de ministro, porque el presidente aún no ha tomado una decisión sobre la sucesión.

Miguel Arias no conoce las intenciones de Mariano Rajoy, hasta el punto de que el pasado jueves, cuando los rumores apuntaban a que esa tarde se conocería el nombre del nuevo titular de Agricultura, preguntó si podía mantener un viaje oficial a Lisboa para negociar con su homólogo portugués diversas cuestiones pendientes. Esa misma rumorología apunta ahora a que Arias Cañete no estará en la reunión del próximo Consejo, pero ya nadie se atreve a darlo por seguro.

No hay incompatibilidad para ser candidato y ocupar un cargo oficial, ocurre en otros países europeos; pero también es cierto que en esos países las campañas electorales son menos intensas, prácticamente se centran en los fines de semana; entre otras razones porque los partidos saben que las campañas no mueven excesivamente el voto y además porque es difícil que durante la semana la gente pueda dejar sus trabajos para acudir a actos electorales.

Arias Cañete por tanto podría continuar en su puesto hasta ser elegido parlamentario, pero la intención de Rajoy es relevarlo cuando el presidente llegue a la conclusión de cual es la mejor manera -a su entender- para proceder al cambio o a los cambios en su gobierno.

Elena Valenciano por su parte continúa al frente de la vicesecretaría general del PSOE, y en la calle Ferraz existe la sensación de que, una vez celebradas las elecciones, compaginará sus responsabilidades europeas con ese cargo. Lo que significa que no sería la presidenta del grupo socialista español en el Parlamento Europeo, sino que esa función recaería entonces en el número dos de la lista, Ramón Jáuregui, que era eurodiputado antes de que Zapatero le ofreciera ser ministro de la Presidencia en su último gobierno. Pero se trata solo de rumores que circulan en la sede central del PSOE, Valenciano no ha dado ninguna pista sobre cuáles son sus planes de futuro.



ATENTOS AL 8 DE MAYO

Las encuestas, los sondeos, centran la atención de los dirigentes de los partidos. De todos, grandes y pequeños. Los que se manejan en estos momentos indican que existe un empate técnico entre PP y PSOE, puede ganar cualquiera de los dos, y también los dos pierden un número considerable de votos. El PSOE, hacia Izquierda Unida, con un porcentaje mínimo de sus votantes habituales que se inclinarían ahora por los partidos minoritarios que aparecen en el centro y la izquierda. El PP en cambio perdería voto a favor de UPyD y Movimiento Ciudadano, mientras que no sería muy relevante el que iría a Vox, la formación de Alejo Vidal Quadras. Pero su principal pérdida sería hacia la abstención, de ahí que los estrategas del PP aconsejen fijar el voto de los desencantados, con mensajes en los que se insista en el trabajo realizado para salir de la crisis y crear empleo, objetivo que se puede alcanzar en esta misma legislatura, y que los candidatos insistan también en la unidad de España frente a las tentaciones secesionistas. Algo que Rajoy defiende con uñas y dientes aunque en determinados partidos que buscan el voto desencantado del PP “venden” que el presidente no planta cara al independentismo.

Lo que esperan todos los partidos es la encuesta del CIS del próximo día 8. Porque estará basada en un número considerable de entrevistas, 4 mil, y porque se trata de entrevistas personales, no telefónicas. El CIS además se considera un organismo muy profesional, con escasa “cocina” y que no suele casarse con ningún gobierno aunque cuando sus encuestas son favorables al partido que gobierna la oposición suele defenderse con el argumento de que el CIS barre para casa; en cambio se refieren a su independencia y buen trabajo cuando no da buenas noticias al gobierno de turno, lo que ha ocurrido con frecuencia.

La campaña ya está en marcha aunque no se haya iniciado oficialmente. El PSOE ha invitado a Zapatero a participar en alguno de sus mítines, mientras que en el PP no confirman ni desmienten la posible participación de Aznar. Rajoy por su parte se va a volcar durante los fines de semana.

Los minoritarios tratarán de llegar a todos los confines de España controlando bien las cuentas; buscan espacios en televisión y mucho mitin a pie de calle con megáfono, que fue como Rosa Díez empezó a despegar hace unos años con una UPyD sin subvenciones ni respaldos económicos.

Solo habrá un debate entre Miguel Arias Cañete y Elena Valenciano, mientras que González Pons será quien se enfrente a los partidos menores en nombre del PP.

España se juega mucho en el nuevo Parlamento Europeo aunque la mayoría de los españoles “pasa” de estas elecciones. Cuando en Bruselas o Estrasburgo se tomen decisiones que nos cambien la vida, quizá comprendan entonces que el 25-M era una fecha importante del calendario.

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