Opinión

Solución provisional del AVE en Ourense

Con este titular nos anunciaba hace unos días “La Región” la noticia de que RENFE-ADIF tenía ya planificada la totalidad de la inversión prevista para la solución provisional de la entrada del AVE en nuestra ciudad con un presupuesto que ascendía a 103 millones de euros con el que se llevaría a cabo la adecuación del trazado actual con el nuevo, mediante la incorporación de un tercer raíl, como han hecho, por ejemplo, hace ya unos años, en la línea del tren de cercanías que va a la T4 de Barajas para que en su día se pueda compartir con el ancho del AVE. Es una solución lógica ya que de esta forma se puede hacer compatible perfectamente el trazado actual con el del nuevo AVE, al menos desde el polígono de San Ciprián, donde no es fácil de entender cómo, pasando toda la vida los trenes por él, no exista todavía un triste apeadero para que pueda ser utilizado por los miles de trabajadores que a diario acuden a su trabajo.

He intentado obtener en ADIF más información, simplemente un plano, por favor, sobre este proyecto a través del teléfono 902432343 que figura en su página web, pero me contestaron que por este sistema no informaban y me remiten a un correo electrónico para que pudiera conseguir la citada información. De todas formas ya no me hace falta, porque la duda que tenía ya me la despejaron en el sentido de que, lamentablemente, esta obra no lleva aparejada la muy necesaria, diría que imprescindible, eliminación de esas curvas cerradas, de menos de 400 metros, de radio que hay en el trayecto comprendido entre Seixalvo y la estación de San Francisco por medio de una obra relativamente sencilla y económica sobre todo en comparación con otros proyectos faraónicos y no tan justificados.

Se trata de intervenir en un trayecto de poco más de dos kilómetros entre la llamada recta de Seixalvo, donde confluyen los dos trazados, el actual y el nuevo, para que, mediante el soterramiento de las vías, eliminar esas lentas curvas, logrando un trazado casi recto desde ese punto hasta las cercanías de la estación de San Francisco. Sería un gran beneficio para todos; en primer lugar para el tren, pues esos dos kilómetros de cerradas curvas serán una auténtica “chicane” , las únicas con ese radio desde Madrid, que obligará a los trenes a frenar y circular lentamente, esto tiene un gasto concreto que se podría cuantificar perfectamente en euros, tiempos, coste por tren, por día, por años. Para la ciudad sería una ocasión única para suprimir esa barrera que desde hace setenta años divide a esa zona de la ciudad, liberando ese gran espacio de más de dos kilómetros en zona urbana para viales, dotaciones y servicios de toda clase. Si capitalizamos lo que esto significa, se obtendría sobrada financiación para hacer una obra de acuerdo a los niveles que exigen las infraestructuras actuales.

Nunca podré entender cómo estos proyectos que nos afectan directamente y que pueden transformar profundamente nuestro territorio y nuestra forma de vivir, se lleven a cabo sin dar ninguna explicación a los ciudadanos cuando, si valoramos la repercusión que esta obra pueda tener para el futuro de nuestra ciudad, al menos en esa amplia zona entre Rairo y la Avda. de Zamora, bien merecería la pena organizar una cuestación pública, o cualquier otra participación ciudadana, para logra una solución digna y adecuada a los tiempos y terminar, por fin, con esa trinchera originada por el tren cuando las locomotoras eran de vapor.

Merecería la pena que ciudadanos, instituciones, asociaciones, federaciones, cámaras, etc., al margen de intereses e ideologías particulares, se concienciaran de la importancia que para el futuro de nuestra ciudad tendría este proyecto si se lleva a cabo con el nivel que exigen los tiempos. Creo que es una buena ocasión para exigir que, una vez más, no se nos impongan unas soluciones precarias que nos perjudican claramente y que no se las consentirían en otras geografías. 

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