Opinión

EE.UU Y SUS SÍNTOMAS DE DECLIVE

También Estados Unidos, la economía más poderosa del mundo, se enfrenta como?Europa a dos cíclopes que la amenazan: la deuda y el déficit, ambos de?más de miles de millones de dólares. La crisis no es sólo europea sino?que se da también al otro lado del Atlántico porque la única?superpotencia da asimismo síntomas de fatiga, como si iniciara un?declive. Obsesionados por los graves problemas económicos europeos que nublan nuestro futuro, los medios de comunicación no han dedicado?suficiente atención a la crisis americana que es sin embargo la madre de todas las crisis por sus repercusiones planetarias.


Signo precursor de que vienen tiempos difíciles, a un año de las elecciones presidenciales americanas, el Partido Demócrata y el Partido Republicano han roto la baraja al anunciar esta semana el cese de sus largas y laboriosas negociaciones bilaterales destinadas a alcanzar un acuerdo sobre la reducción pactada del déficit nacional, que se eleva a laabultada suma ?más bien resta- de 1.350 billones de dólares.




Elecciones y cuentas


Aunque en los Estados Unidos llaman billones a los mil millones, hay que frotarse los ojos para ver si hemos leído bien:1.350 billones de dólares, macrocifra que parece imaginaria y tiene poca comparación para el hombre de la calle.Sentado esto, todo queda aplazado durante un año. Por el momento ambos partidos quieren concentrarse en su duelo singular ante las próximas elecciones de 2012, ahora todos los esfuerzos y decisiones se dirigirán a ganar la lucha electoral del año que viene. Pero, cuidado, las cuentas de la inmensa nación de 9,83?millones de km2, 308 millones de habitantes, que cuenta 48 estados y el distrito federal de Washington, están próximas a la bancarrota, repito que la deuda y el déficit mil millonarios las lastran, hacen inalcanzable que cuadren a medio plazo.


Hasta ahora no ha habido consenso tampoco entre los dos partidos antagónicos sobre qué hacer para rebajar la ingente deuda de 15.000 billones de dólares, las?negociaciones han quedado estancadas. Son dos escarpados escollos que habría que sortear para tranquilidad no solo norteamericana sino internacional, liderazgo estadounidense obliga. En lo que respeta al déficit se ha avanzado algo pues en el comité bipartito creado al efecto se barajaba en julio la cifra de un recorte de 1,2 billones de dólares para 2013 en importantes partidas, incluida la del Pentágono o Ministerio de Defensa. No obstante, todos estos planes quedaron en agua de borrajas, lo prioritario es ahora la batalla para dirimir quien gobernará de 2013 a 2017. En cuanto a que hacer con el déficit, las posiciones aparecen todavía más alejadas, los demócratas recomendando la creación de un nuevo impuesto para comenzar a llenar las arcas, los republicanos, rebajar gastos.


Estos obstinados desafíos le esperan a Norteamérica, inalterables, a la vuelta de las elecciones: recortar 600.000 millones de dólares de su presupuesto general, otra enorme cantidad similar en los gastos militares, lo que lleva la larga merma de la hegemonía del gigante norteamericano. El desencuentro de demócratas y republicanos puede traer consecuencias?indeseables, como por ejemplo poner a Norteamérica a un paso de ver rebajada otra vez la calificación de su deuda por parte de las temidas agencias de evaluación de riesgo, que son a la postre quienes?gobiernan verdaderamente, 'Standard&Poor's', 'Moody's' y 'Fitch', de dictamen inapelable.


Por cierto, ¿quién elige en la democracia mayor del mundo a estas agencias de tanto poder y sin otro objetivo que defender los riesgos de los inversores de Estados Unidos? Desde luego, nadie en Europa, donde Bruselas tiene en proyecto la creación?de una agencia calificadora de este tipo que acabe con la dictadura de las estadounidenses, pero tal creación se aplaza continuamente. De este modo, entre los mil peligros que acechan a Barack Obama, surge otro más, casi imposible de resolver según los comentaristas: el presidente estadounidense tiene que procurar que se suavicen estos desequilibrios, déficits y deudas que asustan porque recuerdan a la?Gran Depresión de los años 20.




recordando los años 30


Sin duda se trata de un temor exagerado ya que tal depresión, que comenzó en 1929 y duró hasta finales de los años 30, correspondió a la peor época de la historia norteamericana contemporánea y quedó como paradigma negro, como recordatorio a no repetir de los peores años de la vida de los Estados Unidos. El país había tocado fondo, el paro llegó al 25%, el comercio internacional?bajó en un 60%, los precios y los beneficios se desplomaron? Norteamérica tardaría en reponerse y tras años de recesión le tocaría al presidente Franklin Delano Roosevelt la tarea de recuperación en 1932 con su política intervencionista del 'New Deal' (Nuevo Contrato con los ciudadanos), contraria al famoso 'laissez faire, laissez?passer' del liberalismo a ultranza.


Como se puede apreciar, poco tiene que ver este largo y oscuro episodio histórico a que aludimos más arriba con la actualidad pero los norteamericanos lo conservan en la memoria colectiva y lo agitan como espantajo para evitar que se repita.Lo mismo que en otras ocasiones, la literatura y el cine norteamericanos plasmaron brillantemente esta etapa mítica de la Gran Depresión. Citaré sólo dos casos cuya lectura me impactó en su día: en primer lugar, la trilogía 'U.S.A., de John Dos Passos, amarga e incluso desesperada, una obra global que abarca desde 1900 a 1930 y está hecha de retazos de la realidad, 'collages' de noticiarios, de documentales, de artículos de prensa, de trozos de libros, como?corresponde a un gran periodista y a un gran escritor. Cuenta la vida de 12 personajes, seis hombres y seis mujeres que resumen lo que se?pensaba y hacía entonces y es fiel contraste de los movimientos?sociales del momento. Los relatos de Dos Passos resultan imprescindibles para entender los orígenes del capitalismo moderno y las raíces de la actualidad.


El otro caso es cinematográfico. Se trata de 'Las uvas de la Ira', realizada por John Ford sy basada en una obra famosa del mismo nombre de John Steinbeck, premio Nobel 1962. Película legendaria, centrada directamente en la Gran Depresión que narra la historia de una familia que pierde su granja en Oklahoma y se dirige al oeste en busca de una vida mejor. En el trayecto se les unen otros emigrantes, cada uno cuenta sus anhelos y esperanzas. Llegados a su destino, les esperan la explotación, los bajos salarios, el hambre y la muerte. Lo que les permite conservar la dignidad es la ira y la solidaridad. Es un canto a la resistencia personal, a la entereza, al estoicismo, sentimientos sencillos en un mundo inicuo. Volvamos a la realidad presente. De aquella época se salvó Norteamérica, seguro que de ésta también.

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