Opinión

Antideportivos

Para muchos padres las actividades deportivas de sus hijos son una tortura porque hay que levantarse temprano los fines de semana, ir a otros barrios de la periferia a los que no se sabe cómo llegar, pasar todo tipo de penalidades climáticas para ver que el retoño no será el deportista de élite con el que soñaban. Todos estos ingredientes se juntan y provocan un estado de irritación que muchas veces desembocan en actitudes antideportivas, insultos y agresiones verbales y físicas a los árbitros o a los integrantes del otro equipo. Cada fin de semana se repiten este tipo de incidentes en los terrenos de juego, el último en un partido de fútbol de alevines en A Coruña en el que un árbitro suspendió el partido por las amenazas de dos padres y terminó protegido por la policía. Por ese motivo es una buena idea que los progenitores estén lejos de los niños cuando juegan hasta que no aprueben con algo más que un suficiente la asignatura de deportividad.

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