Opinión

Impuesto al llanto

Los ministerios de Energía y de Hacienda se han puesto a trabajar ya sobre uno de los últimos descubrimientos científicos, según el cual una proteína abundante en las lágrimas, la saliva y leche de los mamíferos que presionada adecuadamente pueden producir electricidad. Es lo que se conoce como piezoelectricidad directa. Es decir, que el cuerpo humano es en sí mismo una central eléctrica, aunque no produce tanto como para cargar el móvil o para encender un transistor, sino que daría para mantener activos algunos dispositivos biomédicos instalados en el cuerpo humano. En cualquier caso, el Gobierno que ha aprobado un impuesto al sol no dudará en imponer otro impuesto al llanto en el momento en que las lágrimas sean capaces de producir un solo vatio que se escape al control del lobby de las grandes compañías eléctricas. 

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