Opinión

Martirio

Desde que Martirio cantó aquello de “con mi chándal y mis tacones, arreglá pero informal”, la crónica de moda se ha hecho mucho más fácil. Fue un hallazgo tomado de la observación de la vida cotidiana en el súper, que se aplica ya a numerosas situaciones de la vida real. Sir ir más lejos a la primera dama de Estados Unidos, Melania Trump, capaz de subirse a un avión para ir a visitar los estragos de las inundaciones de Texas calzada con unos zapatos con tacones de vértigo, que luego cambió por unas zapatillas de deporte de blanco inmaculado, que tampoco son de lo más propio para pisar barro. Y así iba ella, arreglá pero vestida de forma inadecuada para la ocasión. Tantos asesores en la Casa Blanca para tantas cosas y fallan en lo evidente. A no ser que sea otra de las muestras de rebeldía que ha dado desde que llegó a la Casa Blanca, como negarle la mano a su esposo. Olé.

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