Opinión

Sexo en campaña

Una de las escasas virtudes que tiene la política española es la escasa atención que se presta a los asuntos de cama de sus protagonistas, esos que tantos disgustos cuestan a los políticos estadounidenses.


De sexo en política no se hablaba desde aquello del “Felipe, queremos un hijo tuyo”, una declaración de sexo explícito, hasta que han llegado los iconoclastas de Podemos que dicen que hay que hacer las cosas de otra manera, y Pablo Iglesias ha amenazado con una sesión de sadomasoquismo político a Artur Mas. La temperatura político-sexual sube porque hay una remesa de líderes y candidatos de buen ver, aunque no hay atentado mayor contra la lujuria que una campaña electoral. Que se lo pregunten a quienes se juegan el escaño.

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