Opinión

Contra el futuro

Cuando la canciller alemana, Angela Merkel, afirmó que “los tiempos en los que nos podíamos fiar completamente de los otros están terminando”, tras las cumbres de la OTAN y del G-7 en las que participó Donald Trump, no solamente estaba lanzando un réquiem por la forma en la que se habían desarrollado las relaciones trasatlánticas en el pasado sino advirtiendo de que el presidente estadounidense estaba dispuesto a seguir con las peores amenazas lanzadas durante su campaña electoral con respecto a cuestiones esenciales para el futuro de la humanidad como el cambio climático.

El "American first" de Trump acaba de dar un paso de gigante al tiempo que le aísla del resto de la comunidad internacional que con sumo esfuerzo logró que se firmaran los Acuerdos de París para evitar el calentamiento global. Este es un hecho para la comunidad científica y para cualquiera que observe como se desatan fenómenos meteorológicos de una fuerza devastadora antes desconocida y como se alteran los procesos naturales por el aumento de la temperatura en el mundo. Pero los negacionistas, que coindicen en su mayor parte con personas que mantiene posiciones de ultraderecha en otros muchos campos, acaban de ganar una batalla de consecuencias incalculables.

Solo la determinación de la Unión Europea y de China de mantener la validez de esos acuerdos y trabajar por la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero junto al resto de países del mundo, y la decisión de no renegociar a la baja los acuerdos alcanzados y si llega el caso realizar un nuevo reparto de cuotas, es una garantía de que quizá la decisión de Donald Trump no llegue a aplicarse, porque su desarrollo coincidiría con el próximo periodo presidencial y puede que no vuelva a ser el inquilino de la Casa Blanca. Si repite mandato el daño para el planeta será irreversible.

Cuando Estados Unidos se repliega de un asunto en el que podría asumir el liderazgo no queda más remedio que otros actores den el paso adelante para hacer avanzar la sociedad. La canciller alemana no ha dudado ni un momento en ponerse al frente de la defensa de la "madre tierra" con un duro alegato contra la decisión de Trump. El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, ha considerado suficiente escribir un tuit en su cuenta, mientras el presidente ruso, Vladimir Putin, ha tratado de comprender la decisión de su homólogo estadounidense, pero por el momento no ha dicho nada de seguir el mismo camino. Pero de los presidentes populistas-nacionalistas se puede esperar cualquier cosa.

La decisión de Trump no tendrá marcha atrás ni por las protestas de los movimientos ecologistas ni tan siquiera de las multinacionales norteamericanas que ya se han manifestado en contra de una decisión que lleva al país a estar en el mismo paquete que Nicaragua y Siria y “en el pequeño puñado de países que rechaza el futuro”, como le ha criticado Barack Obama en su defensa de los intereses nacionales.

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