Opinión

El Sahel, otro escenario inquietante

La crisis de Ucrania, las amenazas de Putin y la reacción de Estados Unidos, la OTAN y la UE a una posible invasión rusa del Dombar, ha llevado a segundo plano lo que se vive estos días en un escenario inquietante, el Sahel. Zona desértica que cruza el continente africano de Este a Oeste, es territorio en el que se mueven el Estado Islámico, Al Qaeda y otros grupos terroristas, así como bandidos que se dedican al secuestro y asalto de ciudadanos con fines exclusivamente dinerarios.

Hace nueve años el presidente Hollande decidió enviar tropas a Mali para contrarrestar las actuaciones terroristas, y a esa operación se sumaron otros países occidentales y africanos. Sin embargo, hace una semana la junta militar que accedió al Gobierno de Mali a través de un golpe de Estado, expulsó al embajador francés después de varios meses de tensión máxima. Francia ha decidido iniciar una retirada escalonada de sus tropas, que no regresarán a su país sino que probablemente aceptarán la invitación de varios gobiernos africanos para crear allí sus nuevas bases.

Para esos países, la operación Barkane, dirigida por los franceses contra las fuerzas yihadistas, es vital para luchar contra las muchas organizaciones terroristas que han instalado sus campamentos, auténticas ciudades, en sus territorios. Con el agravante de que mercenarios rusos han encontrado en el Sahel una importante fuente de ingresos vendiéndose al mejor postor; habitualmente son los terroristas esa zona.

La situación es grave. Este miércoles el jefe de Gobierno francés, Castex, ha tenido que comparecen ante la Asamblea Nacional para dar cuenta de las consecuencias de abandonar Mali. Era, explicó, la reacción lógica ante la expulsión del embajador. Castex ha puesto el acento sobre todo en que Francia no abandona a los ciudadanos de Mali y de los otros países del Sahel que sufren el acoso constante de los yihadistas, sino que actuará desde otros cuarteles generales instalados en la zona.

Castex ha explicado también a los diputados franceses que la decisión de retirarse del Sahel no se ha tomado unilateralmente, sino con el acuerdo previo de sus aliados europeos y franceses; y cada uno de esos aliados, según sus circunstancias, mantendrán a las organizaciones que se encuentran en la zona o, como quiere hacer Francia, instalarán sus centros de operaciones en países cercanos.

La lucha contra el yihadismo es desde hace veinte años una prioridad mundial. Y hoy el Sahel es la zona en la que más fuertes se han hecho los terroristas después de verse obligados a huir de países como Siria, Libia, Afganistán y otros escenarios en los que atentaban contra objetivos de cualquier lugar del mundo.

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