Opinión

La UE no se decide

Estaban convencidos de que de la reunión saldría una Comisión Europea perfectamente diseñada y decidida, pero todo quedó en nada. Los nombramientos para las instituciones europeas quedan aplazadas, un argumento más para los euroescépticos que se quejan de la falta de iniciativa para tomar importantes decisiones.

Empezaron a advertirse las dificultades cuando Juncker anunció a los jefes de gobierno que intentaban “venderle” sus candidatos las semanas previas a la reunión, que quería una Comisión paritaria, el mismo número de hombres que de mujeres. Primera dificultad, porque a pesar de la importante incorporación de la mujer al mundo de la política y la gestión, todavía no son muchas las que han logrado cargos de gobierno, y es una exigencia no escrita que los comisarios europeos sean ex primeros ministros o ex ministros. Incluso ministros en activo.

Mateo Renzi enseguida vio la oportunidad de colocar a su ministra de Asuntos Exteriores, Magherini, en uno de los cargos más ambicionados, Alto Representante para la Política Exterior, que tuvo gran protagonismo con Javier Solana y no estuvo a la altura con lady Ashton. El jefe de gobierno italiano se encontró sin embargo ante un muro: los países del Este desconfían de Magherini porque la ven excesivamente inclinada hacia Rusia en el conflicto –guerra- con Ucrania, y otros países la consideran poco experimentada para un puesto de tanta responsabilidad. Renzi se guarda una carta en la manga, aspira que haya hueco en la Comisión para el ex primer ministro Enrico Letta, pero todo ha quedado en el aire. De momento.

Habrá acuerdo dentro de un mes con “foto de familia” de la nueva Comisión presida por Juncker, pero el retraso ha sido una prueba más de los fallos de coordinación interna en la UE, que Durao Barroso y Van Rompuy no supieron solucionar, y que tiene repercusiones directas en las decisiones que debe tomar la UE en los diferentes asuntos que se plantean. Por un lado están los países mediterráneos, por otro los del Este, más los nórdicos, más los centroeuropeos … más el Reino Unido, siempre punto y aparte.

Así es difícil que la UE funcione como un reloj.

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