Opinión

Unos pardillos de la leche

Este rapaz é de aldea, aínda que un bocado menos que Balbino, que acabou sendo universal. E había que recorrer na aldea un kilómetro e medio para volver con dúas garrafas de leite da casa de María de Victorio. A cativa é de cidade. Toma para almorzar leite desnatado. Como mucho se desplaza doscientos metros para comprar la leche del día en un supermercado en el que mandan los gabachos. Los productores están en lucha para conseguir que les paguen, al menos, la panoja que les cuesta producir el litro y es algo encomiable. La muralla de Lugo está cercada hoy de tractores, Santiago ha recuperado otra muralla y no servirá para casi nada. Son demasiado civilizados en vez de copiar a sus hermanos del mar. En Santiago se repartieron 1.500 litros de leche para compensar las molestias cuando lo que habría que hacer es llevar los tractores hasta las puertas de la UE y acelerar a fondo.


Pero Galicia, tierra de buena leche y de leche continúa mendigando para ordeñar a sus vacas mientras Gobierno central y Xunta entretienen las horas hasta conseguir que el sector se canse y levante sus protestas. Argumentarán con el valor añadido y todas las gaitas que quieran, las mismas que sabemos tocar si seguimos la partitura. Somos productores lácteos, somos gallegos y queremos producir aquí. Y si alguien no lo entiende, aquí, en Madrid o en Bruselas hay que principiar una tractorada seria que paralice Europa. Manolo, un tipo de la Costa da Morte al que el mar todavía lo busca, dijo al ver lacaravana de manifestaciones: "Seguen co conto da leite, que pardillos". La leche. 

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