Los agricultores de A Limia duplicaron el área para cereal de primavera

Un tractor desarrolla su tarea en la tarde de ayer en los campos de cultivo de cereal en A Limia.
photo_camera Un tractor desarrolla su tarea en la tarde de ayer en los campos de cultivo de cereal en A Limia.
Las dificultades para sembrar este año trigo de invierno por las lluvias incrementaron esta opción

Las tareas de siembra de cereal de primavera están concluidas prácticamente al cien por cien a falta de alguna parcela en la Comarca de A Limia. Este año, la superficie plantada se ha duplicado con respecto a la temporada anterior debido a las dificultades, generadas por las precipitaciones, para plantar trigo de invierno. Además, las lluvias caídas a comienzos de este mes de abril y que mojaron los primeros 15 centímetros de suelo, ayudarán a la planta en la germinación y enraizamiento. 

No obstante y como es habitual, los productores miran al cielo y al mercurio, ya que, aunque la climatología gallega no es tan extrema como en puntos mesetarios o del sur, la evolución del cereal dependerá del grado de sequía y cantidad de precipitaciones que se puedan registrar. “Si la tónica es un calor exagerado, sobre todo, en junio -cuando engordaría el grano-, vamos a sufrir la misma merma de producción que el resto del país”, lamenta Servando Álvarez, técnico y responsable del Centro de Desenvolvemento Agrogandeiro. “Si caen precipitaciones para la segunda quincena de mayo, y el mes de junio no es tan cálido como el del año pasado, pues probablemente podamos sacar unas producciones mayores y para un mercado nacional con escasez de cereal, lo que podría favorecer los precios”, añade. Sin embargo, el técnico insiste en que lo anterior “está sujeto a muchos condicionantes”, y de no ayudar la climatología la producción sería menor, por lo que un hipotético aumento de precios no compensaría dicha merma: “Si no llueve en Galicia y tampoco llueve en el resto del estado, aunque sea poco algo más vamos a producir, pero creo que no será significativo”, añade el técnico limiano. 

El cereal de invierno, que necesita para su desarrollo el clima propio de esta estación del año, se plantó entre octubre y noviembre. Si habitualmente la balanza invierno-primavera se inclinaba en favor de la primera variedad un 60 - 40 por ciento, este año no llegó al 20 por ciento. Para corregir este déficit en la siembra, se apostó por más cereal de primavera, llegando éste al 80 por ciento de superficie. Pese a todo, las últimas lluvias han favorecido la calidad del de invierno.

El cereal de invierno, "más productivo

La previsión es recoger ambas clases -primavera e invierno- a la vez durante julio y agosto. Para que las variedades cumplan correctamente su ciclo, no deberán padecer temperaturas por encima de los 30 grados de manera prolongada y en situación de sequía. En esta coyuntura, la planta cerraría sus estomas y no crecería. La producción media de cereal de invierno en A Limia, en condiciones normales, ronda los 5.000 kilos por hectárea. En lo tocante al de primavera y en un año bueno, la producción podría alcanzar los 3.000. Si se tratase de un año normal, la cosecha se quedaría en los 2.500 por hectárea. “Por esto se tiende a plantar cereal de invierno, porque es más productivo”, subraya Servando Álvarez. La producción global en A Limia se podría estimar en torno a los 40 millones de kilos, juntando ambas variedades y también centenos. Sin embargo, en los últimos años esta cifra media no se ha podido alcanzar. El cereal de A Limia se destina a piensos y a la elaboración de pan -para fabricar pan como “gallego” es necesario que un 20 por ciento del mismo esté elaborado con cereal autóctono como el cabeiro, que se planta en A Limia-. Sobre el precio, lo “ideal”, opina Álvarez, es que se pague a más de 40 céntimos el kilo. 

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