Aquilino Valencia Salgado espera que sea ésta la legislatura de la tranquilidad y la del trabajo por el municipio.
Aquilino Valencia Salgado espera que sea ésta la legislatura de la tranquilidad y la del trabajo por el municipio. Atrás quedan ocho años de ligeras convulsiones que situaron en el mapa de la polémica a un Concello de Calvos de Randín, enclavado en la montaña limiana, en el que el segundo de la lista vencedora desbarataba los resultados electorales hasta tal punto de promover una moción de censura que no consiguió arrebatarle la silla a Aquilino Valencia pero sí que le obligó en no pocas ocasiones a acudir a los tribunales.
Si tuviese que comenzar por elaborar la carta a los Reyes Magos para esta legislatura que ya ha empezado a andar, ¿por dónde lo haría?
Bien, tengo claro que comenzaría por pedir serenidad y compromiso, no sólo al grupo de gobierno sino también al resto de los miembros de la Corporación municipal. Creo que después de las pasadas dos campañas hemos estado muy pendientes de otras cuestiones, aunque evidentemente no ha sido porque yo quisiera protagonizarlas. Y creo que comienza a ser el momento de que Calvos de Randín incremente sus esfuerzos en una única misión, que es la de combatir la grave caída de población que estamos sufriendo y poder ofrecer a los jóvenes una posibilidad real de asentarse en este municipio que, pese a estar en la montaña, es uno de los más llanos de la provincia.
La evidencia más clara de que la población cae es que se pierde la posibilidad de poder escolarizar a los pequeños en la propia capitalidad del municipio.
En efecto, así es, pero con cinco niños como tenemos censados, poco más podemos hacer. Es evidente que la Administración responsable en materia de Educación tiene unos criterios, y muy poca presión se puede llevar a efecto cuando la realidad es la que es. Entiendo que tan escasa población infantil justifique el cierre del centro, como así, desgraciadamente, ha sido.
Entre el envejecimiento de la población y tan escasa tasa de natalidad, el futuro se presenta ciertamente complejo y difícil. ¿Valora la posibilidad de fomentar de alguna forma los nacimientos?
Creo que fomentar la natalidad en la casa de los demás resulta verdaderamente complicado. No hemos barajado opción en esa línea. Lo que tenemos que conseguir es poder ofrecerle condiciones a los jóvenes para que decidan apostar por quedarse en el municipio que los vio nacer, y eso pasa por el empleo. Sabemos de nuestras limitaciones, porque Calvos de Randín es un ayuntamiento que está mal comunicado, que no está conectado con puntos estratégicos, que cuenta con una población mayor muy numerosa, pero no podemos tirar la toalla. Algo tendremos que hacer para frenar esta tan destacada pérdida de población.
El campo y la ganadería bien podrían ser una opción.
Lo es, y también en ello empeñamos gran parte de nuestros esfuerzos desde este Concello, y los seguiremos empeñando. La concentración parcelaria ha llegado a un buen número de las parroquias del municipio, pero debe completarse en toda su extensión geográfica. La única fórmula para que el sector agrícola, pero fundamentalmente, el ganadero, sea viable es así, con extensiones que nos permitan explotaciones rentables. Somos un territorio de montaña pero muy llano, que nos permite llevar a cabo este tipo de agrupamientos para que nuestra agricultura y ganadería puedan llegar a ser competitivas.
¿El ayuntamiento permite algún exceso presupuestario en este sentido?
Afortunadamente así es. Cuando nosotros desembarcamos, este Concello tenía un endeudamiento desorbitado que nos obligó a hacer cincuenta mil números para ajustar las cuentas. Ahora, puedo decir abiertamente que Calvos de Randín es uno de los municipios más saneados de toda la comunidad autónoma, en donde los pagos se realizan muy puntualmente y donde ese dejó de ser uno de los principales caballos de batalla.
El verdadero protagonista de su mayor preocupación es la gente mayor. ¿Qué perspectivas les espera en Calvos de Randín?
Pues, les espera un Concello que pretende y pretenderá hacerle la vida lo más agradable posible y que destinará gran parte de sus esfuerzos a mejorar la calidad de vida de nuestros mayores. No contamos con centro de día ni con una residencia de ancianos, y eso es primordial en un lugar tan envejecido como el nuestro. Hemos comenzado los trabajos de recuperación de la que fue la antigua casa rectoral para acondicionarla, de tal forma que pueda prestar el doble servicio y poder así satisfacer una demanda y una absoluta necesidad del municipio.
De algo se debe sentir especialmente satisfecho, supongo.
Sí, de algo poco tangible pero muy importante para todos aquellos que tenemos responsabilidades de gobierno en una alcaldía. Creo que he conseguido que este Concello tenga siempre la puerta abierta a los vecinos para que me planteen todas aquellas cuestiones que les preocupen. Sólo así, con esa colaboración y comunión de habitantes y servidores públicos podremos afrontar tiempos difíciles como los que ya hemos sufrido y los que se avecinan además por nuestra decadencia poblacional.
Concluya con algo que nos deje un poco de miel en los labios tras tantas preocupaciones.
Me gustaría poder anunciarlo ya, pero no soy de esos alcaldes que venden la piel del oso antes de cazarlo. Estamos en la línea de poder contar un gran proyecto para este municipio, con el ánimo de mejorar los niveles de empleo. Pero todo deberá anunciarse a su debido tiempo.
