Saladina Requejo se encontró este domingo con una desagradable sorpresa en su finca ubicada junto a la Torre de O Castro, en Sandiás. Dos ovejas del rebaño que cuida para autoconsumo aparecieron muertas y, hasta este momento, tanto Saladina como su marido desconocen quién pudo perpetrar el ataque. Una de ellas estaba preñada. “Teníamos siete para autoconsumo. Dos aparecieron muertas, las otras sobrevivieron, pero las notamos con mucho miedo”, cuenta esta vecina de Sandiás, que reconoce que es la primera vez que sufren un ataque de estas características. “Nos levantamos mi marido y yo esta mañana -por ayer- y vimos desde casa que estaban las dos en el campo echadas y pensé, ‘¡Qué cosa más rara, no se mueven!’. Mi marido ya se percató de que estaban muertas”, añade.
En un primer momento los propietarios de los animales pensaron que pudieran llegar ingerir algo que les sentara mal, sin embargo, al acercarse hasta el punto, comprobaron que ambas estaban ensangrentadas. “No podía ser algo que les hubiera hecho daño porque les dábamos siempre lo mismo: patatas, manzanas o hierba. Cogimos y marchamos allí: la más joven estaba toda comida por detrás, en la zona del vientre. A la otra, que estaba para parir, la atacaron por el cuello”, cuenta Saladina.
Este matrimonio desconoce el origen del desastre, sin embargo, no lo denunciará: “No vamos a hacer nada. Nosotros pagamos un seguro y llamaremos para que vengan a retirar a los animales y no haya ningún problema de olores y nada más”, añade.
A pesar de que su finca estaba vallada, no pudieron evitar el ataque.
