Un entroideiro en Nueva York

Esta es la historia de dos jóvenes que quieren comerse el mundo. Uno de Xinzo de Limia y otra de Ciudad de México. Han decidido salir de la zona de confort y luchar por su sueño: vivir en Nueva York. Oswaldo Rodríguez (Xinzo de Limia, 1997) y Valerie Becerril (Ciudad de México, 1998) se conocieron en México, cuando Oswaldo se asentó allí el pasado curso para iniciar sus estudios en el Máster de Dirección de Arte en Miami Ad School. Antes estudió un grado en Publicidad en Pontevedra. En México conoció a su, ahora, inseparable amiga Valerie, con la que compartiría las mil y una aventuras que han vivido desde entonces. Tras un año de teoría, los jóvenes comenzaron sus prácticas recorriendo cuatro espectaculares lugares: Buenos Aires, Miami, Milán y Nueva York. Y ahora, quieren que su último destino sea el definitivo, donde asentarse y forjar su futuro. “Encántanos esta cidade e o traballo que se fai aquí, realizamos campañas de publicidade moi interesantes, estivemos facendo as prácticas na axencia Joan Creative, e estamos moi contentos”, explica Oswaldo. Y es que estos jóvenes son unos apasionados de la publicidad y las campañas más llamativas, innovadoras y curiosas. Con sus visados de estudiante ya a punto de acabar, han decidido solicitar un visado talento para luego poder lograr el de trabajo. “Eu o día 18 teño que estar fora de Nova York, e Valerie xa se foi, regresarei a México con ela e alí comezaremos a tramitar o visado talento, porque é máis sinxelo de conseguir que o de traballo, a través dese obteremos o de traballo e poderemos asentarnos na cidade”, explica el limiano. Una nueva vida Lo tienen claro, su futuro pasa por la gran ciudad. Eso sí, Xinzo -a 5361 kilómetros- siempre irá consigo en su corazón. Y volverá a su hogar para ver a la familia, a los amigos y, “se podo, non faltarei ao meu queridiño Entroido”. Es, pues, una aventura de superación personal. “Non quero que se vexa como que hai un galego en Nova York, porque agora hai miles, para min é unha historia de superación, é un reto. Trátase de non conformarme con calquera cousa, hai que loitar polos nosos soños e polo que nos gusta”, concluye Oswaldo, quien no viaja solo. Él y Valerie, con las mismas aspiraciones, irán siempre de la mano y la soledad de estar lejos de casa será más llevadera. “É unha experiencia única, difícil estar lonxe da casa, pero tiven sorte ao atoparme con Valerie”, concluye emocionado Oswaldo Rodríguez. n