GRAN INCENDIO

La flora y la fauna tardarán diez años en recuperarse en Cualedro

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photo_camera Vista del noroeste de la Serra de Larouco y el valle del río Faramontaos desde el parque eólico.

Los expertos señalan como medida urgente atender a zonas donde la vegetación se ha consumido para limitar la erosión

La flora y la fauna de las 3.000 hectáreas calcinadas por el incendio que empezó al pie de la Serra do Larouco el domingo y afectó a parroquias de cuatro concellos tardará entre 8 y 10 años en recuperarse; el suelo experimentará los efectos de la erosión, que pueden ser severos si no se actúa urgentemente sobre las zonas más sensibles; y los sedimentos de materiales extraños provocarán daños en los cursos del agua y pueden propagarse a zonas situadas a kilómetros de distancia. Estos cambios en el ecosistema generarán cambios también en las condiciones climáticas del área, la más seca de Galicia y una de las que conserva una mayor biodiversidad de matorral por la confluencia de los climas atlántico y mediterráneo.

"Falta el toldo, la vegetación", explica Mercedes Casal, bióloga de la Universidade de Santiago de Compostela (USC) y vocal del Colexio Oficial de Biólogos de Galicia. "El sol calienta a más grados el suelo y el frío penetra a mayor profundidad. El suelo se vuelve más árido. Y habrá veranos todavía más secos e inviernos más fríos, con heladas, que limitarán el rebrote, la germinación de la vegetación..."

Mercedes Casal dirige una tesis sobre regeneración de ecosistemas. El área de estudio: la zona entre los concellos de Cualedro y Oímbra. "La elegimos porque es la más mediterránea de Galicia, con una altísima diversidad y un importante volumen de plantas. Todo lo que se haya perdido por el fuego tardará entre ocho y diez años en recuperarse. No los pinos, que hay que volver a plantar. En ese caso, si eran pinares de veinte años, pues veinte años".

"El primer problema lo traerán las lluvias de otoño, láminas de agua que producirán erosión en el suelo", advierte Casal. Y Serafín González, biólogo del Instituto de Investigaciones Agro biológicas de Galicia, perteneciente al CSIC -que también conoce el ecosistema afectado por el incendio- coincide en que esta es la cuestión más urgente que afrontar: "Habrá efectos variables porque el área es en sí heterogénea. Pero lo primero es evaluar sobre el terreno cómo ha sido de severo el fuego. Qué se ha quemado. Y después actuar sobre los terrenos en pendiente y los cursos de agua".

La peor situación, apunta González, se dará en aquellos lugares donde se haya consumido completamente la vegetación, la capa de hojarasca y el suelo haya quedado desprotegido. "¿Qué hacer? Es como cuando sufrimos un corte y nos ponemos una venda. Hay que imitar la alfombra que crearía la vegetación. Con paja y virutas. Una capa de unos 200 gramos por metro cuadrado. Eso reduce la erosión en un 90%", explica el biólogo.

En su opinión, tanto el análisis de las consecuencias del fuego sobre el terreno como la coordinación de las tareas más apremiantes deben quedar en manos del personal de la Administración, pero no descarta que los habitantes de la zona, los propios vecinos, pudieran colaborar. "Toda ayuda sería bienvenida, por supuesto".

Después de atacar la erosión, los expertos recomiendan atender a la fauna. "Los animales, la microfauna, las aves... se recuperan en paralelo a la flora. Así que habrá que esperar ocho o diez años para volver a disfrutar de la biodiversidad que teníamos el sábado. Eso, si no vuelve a arder", señala Mercedes Casal. También miran hacia los regatos y los ríos, porque pueden trasladar los efectos a kilómetros.

Y apuntan además a una dificultad añadida: las dimensiones del incendio. "Es una superficie enorme. Las semillas tendrán que llegar de los alrededores. La fauna que no ha muerto se quedó sin alimento", dice González. "Las áreas más grandes tardan más en recolonizarse. Para las posibilidades de regeneración hubiera sido menos pernicioso sufrir 3.000 incendios de una hectáreas que este", resume Mercedes Casal. "Lamentablemente no es el primer incendio en la zona. Los daños son acumulativos, si los fuegos se repiten, cada vez será más difícil recuperar el ecosistema", concluye González.

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