Sobre una lápida del cementerio de Lobás (Calvos) aparecieron tres peces con los ojos extraídos y sustituidos por papeles con nombres; puros y velas negras. Es el segundo caso de rituales de magia negra en la provincia en lo que va de año.
El cementerio de San Vicente de Lobás (Calvos de Randín) se convierte en el segundo de la provincia este año que registra un caso de práctica de rituales de magia negra después del ocurrido en Queirugás (Verín), en el mes de abril.
El párroco de Calvos, José Manuel Armesto Santiso, denunció en la Guardia Civil (que ya está investigando y tomó fotografías) que sobre una lápida aparecieron los restos de tres peces grandes con los ojos extraídos de las cuencas y sustituidos por papeles con diversos nombres escritos en ellos, dos de los cuales hacen referencia vecinos que son del pueblo (aunque residen fuera de Galicia y que tienen relación con los muertos enterrados en la sepultura) y otros que resultan ilegibles.
Además, había carne, arroz, 12 cigarros habanos consumidos (algunos en su totalidad y otros casi intactos), dos vasos de plástico con bebidas alcohólicas y diversas monedas (con valores que variaban de 2 a 5 céntimos hasta el valor máximo de 2 euros). También, dos cirios (uno blanco y otro negro) medianamente consumidos con la cera esparcida en el entorno y varias ramas de la planta conocida como Ruda.
El párroco está convencido de que se trata de una práctica de santería o vudú afroamericano, debido a los elementos empleados que son típicos de magia negra encaminada a hacer daño y afirma que ha suscitado gran alarma y temor entre los vecinos del pueblo, a los que tranquiliza asegurando que a Dios no se le domina con estos rituales.
Valora que no sólo se trata de una práctica que falta al respeto de los muertos y los vecinos, sino que es un delito que está tipificado con penas en el Código Penal. Y esgrime que el caso es similar al de Queirugás Verín (donde en abril aparecieron velas rojas y negras, un centro de rosas, colillas y una botella de champán, entre otros). Lo están investigando pero imagino que será difícil dar con la autoría, dice.
El párroco de Calvos, José Manuel Armesto Santiso, denunció en la Guardia Civil (que ya está investigando y tomó fotografías) que sobre una lápida aparecieron los restos de tres peces grandes con los ojos extraídos de las cuencas y sustituidos por papeles con diversos nombres escritos en ellos, dos de los cuales hacen referencia vecinos que son del pueblo (aunque residen fuera de Galicia y que tienen relación con los muertos enterrados en la sepultura) y otros que resultan ilegibles.
Además, había carne, arroz, 12 cigarros habanos consumidos (algunos en su totalidad y otros casi intactos), dos vasos de plástico con bebidas alcohólicas y diversas monedas (con valores que variaban de 2 a 5 céntimos hasta el valor máximo de 2 euros). También, dos cirios (uno blanco y otro negro) medianamente consumidos con la cera esparcida en el entorno y varias ramas de la planta conocida como Ruda.
El párroco está convencido de que se trata de una práctica de santería o vudú afroamericano, debido a los elementos empleados que son típicos de magia negra encaminada a hacer daño y afirma que ha suscitado gran alarma y temor entre los vecinos del pueblo, a los que tranquiliza asegurando que a Dios no se le domina con estos rituales.
Valora que no sólo se trata de una práctica que falta al respeto de los muertos y los vecinos, sino que es un delito que está tipificado con penas en el Código Penal. Y esgrime que el caso es similar al de Queirugás Verín (donde en abril aparecieron velas rojas y negras, un centro de rosas, colillas y una botella de champán, entre otros). Lo están investigando pero imagino que será difícil dar con la autoría, dice.
