ENTREVISTA

José Antonio González: “Los gallegos somos aventureros por la necesidad de trabajar"

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photo_camera José Antonio González, en la plaza de Vilar de Lebres este fin de semana.

Se fue a estudiar y encontró el amor. Este ourensano lleva desde los 23 años en Cartagena y se escapa cada vez que puede a su pueblo de Villar de Lebres

Fue un hombre adelantado a su tiempo. Nacido en un entorno rural e hijo de padres labradores, José Antonio siempre tuvo claro que lo suyo eran los libros de Filosofía y letras. Por ello, y a pesar de que  por aquel entonces, su familia no podía costearle una carrera universitaria, este vecino de Vilar de Lebres afincado en Cartagena desde los 23 años por amor, consiguió su objetivo gracias a varias becas. Hoy en día es un catedrático de Filosofía jubilado que disfruta los días que pasa en su pueblo "charlando con sus amigos y paseando". 

¿Porqué decidió marcharse de Vilar de Lebres?, ¿No le gustaba trabajar en el campo?

No fue eso realmente. Se dice que los gallegos somos aventureros y llevan razón, pero no lo fuimos ni lo somos por vocación, si no por necesidad económica, de trabajar y de prosperar. A mi siempre me gustó estudiar pero mis padres no podían costearme, de aquellas, los estudios, así que con la ayuda de una maestra del pueblo y varias becas, me marché a estudiar fuera. 

¿Qué estudió y dónde?

Me especialicé en Filosofía en Valencia, porque por aquel entonces solo se podía estudiar allí, en Madrid y en Barcelona. 

Y al terminarla, ¿no quiso volver?

Conocí a mi mujer justo al terminar de estudiar allí. Ella es cartagenera, hizo psicopedagogía en Valencia. Tuvo la posibilidad de empezar a trabajar en Cartagena así que nos quedamos los dos. 

¿Vilar de Lebres ha cambiado a mejor o a peor desde que se marchó de aquí?

A mejor, sin duda. Se ha mejorado mucho en calidad de vida. Hace años hubo mucha emigración porque había muchas carencias. Mi abuelo, por ejemplo, se fue con 18 años a Cuba y regresó muy mayor. La economía solamente estaba basada en la agricultura y la ganadería y por ello mucha gente salió a buscar trabajo.  

¿Nunca pensó en volver?

Digamos que era algo "innegociable" con mi mujer. Si te digo la verdad, no he conseguido adaptarme al sur del todo, pero tampoco viviría aquí todo el año porque ya noto mucho el frío. Si pudiera, estaría en Vilar de Lebres de mayo a septiembre y el resto del año en Murcia. 

Entonces, entre la morriña y su mujer, fue más decisiva su mujer. 

Hombre, no podía dejar a la mujer (ríe). En esta ocasión me he venido solo y ella se ha quedado en Cartagena. Yo quería venirme a las fiestas este fin de semana. 

Es de elogiar el hecho de que un pueblo con tan pocos vecinos como Vilar de Lebres, saque adelante sus fiestas año tras año, mientras otros con más población, no cuentan con ellas. 

Vilar de Lebres siempre ha sido un pueblo muy unido. Todo el mundo paga y colabora en las fiestas. 

¿Qué suele hacer en Vilar de Lebres?

Estoy con mi hermana, salgo a pasear y disfruto de la tranquilidad. Pero ante todo me gusta charlar. Aquí todos son mis amigos, disfruto hablando con ellos.

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